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martes, 13 de marzo de 2012

68.-La edad de la inocencia y Edith Wharton.-a

Luis Alberto Bustamante Robin; Jose Guillermo Gonzalez Cornejo; Jennifer Angelica Ponce Ponce; Francia Carolina Vera Valdes;  Carolina Ivonne Reyes Candia; Mario Alberto  Correa Manríquez; Enrique Alejandro Valenzuela Erazo; Gardo Francisco Valencia Avaria; Alvaro Gonzalo  Andaur Medina; Carla Veronica Barrientos Melendez;  Luis Alberto Cortes Aguilera; Ricardo Adolfo  Price Toro;  Julio César  Gil Saladrina; Ivette Renee Mourguet Besoain; Marcelo Andres Oyarse Reyes; Franco Gonzalez Fortunatti; Patricio Ernesto Hernández Jara;  Demetrio Protopsaltis Palma; Katherine Alejandra Del Carmen  Lafoy Guzmán; 

  


La edad de la inocencia (título original inglés: The Age of Innocence) es una novela de Edith Wharton publicada en 1920 y que fue galardonada en 1921 con el Premio Pulitzer. La acción de la novela transcurre en la alta sociedad neoyorquina de la década de 1870.




La edad de la inocencia se publicó dos veces: primero como folletín en la revista Pictorial Review, entre julio y octubre de 1920; y posteriormente como libro por D. Appleton and Company, tanto en Nueva York como en Londres. Recibió una cálida acogida; según Times Book Review era "un brillante panorama de la Nueva York de hace 45 años. La novela más solicitada en bibliotecas públicas y un best seller en librerías".

Adaptaciones al cine
En 1924 se realizó una primera adaptación cinematográfica, una película muda producida por Warner Brothers, dirigida por Wesley Ruggles y con Beverly Bayne y Elliott Dexter en los papeles protagonistas.
En 1928 fue convertida en obra de teatro por Margaret Ayer Barnes y estrenada en Broadway en 1928. Tanto la novela como su adaptación teatral fueron la base de una segunda adaptación a la gran pantalla, la película de la RKO La edad de la inocencia (1934), protagonizada por Irene Dunne y John Boles.
En 1993 la tercera adaptación cinematográfica de la novela fue dirigida por Martin Scorsese. La película La edad de la inocencia está protagonizada por Michelle Pfeiffer, Daniel Day-Lewis, Winona Ryder, Richard E. Grant y Miriam Margolyes. Winona Ryder obtuvo un Globo de Oro por su interpretación de May Welland Archer, y la película recibió un Oscar por su vestuario.

  


Edith Wharton, de soltera Edith Newbold Jones (Nueva York, 24 de enero de 1862 - Saint-Brice-sous-Forêt, Francia, 11 de agosto de 1937), fue una escritora y  diseñadora estadounidense.

Primeros años

Nació en una familia rica que le proporcionó una sólida educación privada. Combinó su privilegiada posición con un natural ingenio para escribir novelas y relatos, que destacaron por su humor, carácter incisivo y escasez de acción narrativa. Asimismo, trabajó en diversas publicaciones.
En 1885, a la edad de 23 años, Edith se casó con Edgard (Teddy) Robbins Wharton, doce años mayor que ella. Se divorciaron en 1913 por las repetidas y públicas infidelidades de su marido, que la afectaron mental y físicamente. Durante algunos años, al final de su tumultuoso e infeliz matrimonio, mantuvo un idilio con William Morton Fullerton (1865–1952), periodista estadounidense que trabajaba en el diario The Times. Fullerton era bisexual y alternaba su relación con la escritora con un romance con Lord Ronald Coger, rajá de Sarawak.
 Ella misma, también bisexual, tuvo un largo idilio con la cantante de ópera Camilla Chabbert, alias Ixo, y relaciones esporádicas con la poetisa y guionista Mercedes de Acosta. Durante la década de 1890 escribió relatos para Scribner's Magazine.

Éxitos de crítica y Primera Guerra Mundial

Desde fines del siglo XIX, Wharton produjo un gran número de novelas, libros de viajes, relatos (entre los que destacan algunos cuentos de fantasmas memorables) y poemas. En 1902 publicó una novela histórica titulada El valle de la decisión (The Valley of Decision). La crítica considera como su primera gran novela La casa de la alegría (The House of Mirth, 1905), una historia que ironiza sobre la sociedad aristocrática de la que ella misma era un miembro destacado.
Edith Wharton era una gran admiradora de la cultura y arquitectura europea, lo que le hizo cruzar el Atlántico un total de 66 veces antes de morir.

En 1907 se estableció definitivamente en Francia, donde fue discípula y amiga de Henry James. Primero se instaló en París y a partir de 1919 en sus dos casas de campo, Pavilion Colombe en la cercana Saint-Brice-sous-Forêt y en el antiguo convento de Sainte-Claire le Château en Hyères al sudeste de Francia.
De esta época destaca su novela corta Ethan Frome, una trágica historia de amor entre personas corrientes ambientada en Nueva Inglaterra, que se publicó en 1911. En opinión de muchos críticos, este libro alcanza, por su sencillez, una universalidad que no tienen sus novelas de sociedad.
Ella vivía en la muy de moda Rue de Varenne en París cuando comenzó la Primera Guerra Mundial y usando sus altas conexiones con el Gobierno francés, consiguió permisos para viajar en motocicleta por las líneas del frente. Wharton describe esa experiencia en una serie de artículos que posteriormente se recopilarían en el ensayo Fighting France: From Dunkerque to Belfort (1915).


Durante la guerra también, trabajó para la Cruz Roja con los refugiados, por lo que el gobierno francés le otorgó la cruz de la Legión de Honor. Su labor social fue muy extensa, Wharton dirigió salas de trabajo para mujeres desempleadas, celebró conciertos para dar trabajo a músicos, apoyó hospitales para tuberculosos, y fundó los American Hostels para ayudar a los refugiados belgas. En 1916, editó un volumen titulado El libro de los sin techo (The Book of the Homeless) reuniendo escritos, ilustraciones y partituras de los más grandes nombres del mundo de la creación artística del momento. Al acabar la guerra, volvió a Estados Unidos, país que no volvería a pisar.
Aunque no formaban parte del refinado mundo de la autora, Edith Wharton quedó fascinada y luchó por el reconocimiento de la comunidad artística de Montmartre y Montparnasse.
Fue miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras (1926) y del Instituto Nacional de las Artes y las Letras. El gobierno de Estados Unidos le concedió la medalla de oro de este último Instituto Nacional en 1924, y fue la primera mujer en alcanzar tal distinción.

Últimos años

Su obra más conocida es La edad de la inocencia (The Age of Innocence) de 1920, que ganó el premio Pulitzer en 1921. En esos años, Edith Wharton hablaba fluidamente francés y muchos de sus libros fueron publicados tanto en inglés como en francés. En 1923, fue la primera mujer nombrada Doctor honoris causa por la Universidad de Yale.

Fue amiga y confidente de muchos intelectuales de su tiempo. Henry James, Francis Scott Fitzgerald, Jean Cocteau y Ernest Hemingway fueron invitados suyos en alguna que otra ocasión. También era buena amiga del presidente Theodore Roosevelt.
Edith Wharton fue ampliamente respetada, además, como paisajista y asesora de estilo en su tiempo y escribió algunos libros decisivos al respecto, como La decoración de casa (The Decoration of Houses) y Villas italianas (Italian Villas). The Mount, su finca en Lennox, Massachusetts, fue diseñada por la escritora y ejemplifica sus diseños.
Continuó escribiendo hasta su fallecimiento el 11 de agosto de 1937 en Saint-Brice-sous-Forêt, en la región de Île-de-France, cerca de París. Está enterrada en el cementerio de Gonards en Versalles.
Su última novela, Las bucaneras (The Buccaneers) quedó inconclusa en el momento de su muerte. Marion Mainwaring terminó la historia después de un minucioso estudio de las notas y la sinopsis que Wharton dejó escritas. La novela fue publicada en 1938 en su versión incompleta y en 1993 en la definitiva.

Estilo literario

Una de las características de muchas de sus novelas es el frecuente uso de la ironía. Habiendo crecido en la clase alta de la sociedad de la preguerra, Wharton se convirtió en una de las más astutas críticas de este grupo social. Mostró en algunas de sus obras como La casa de la alegría o La edad de la inocencia la estrechez de miras y la ignorancia de la alta sociedad a través de un hábil uso de la ironía.
Solía usar el vocabulario y dicción propios de esta clase social neoyorquina en sus prácticas rituales y costumbres como recurso para mostrar lo particular de su existencia. Precisamente el conocimiento personal que tenía de esta clase social hizo que sus escritos de ficción fueran verídicos, casi ensayos sobre los usos y convencionalismos de una parte de la sociedad que permanecía oculta para el gran público.
 Sin embargo, sus escritos gozan de gran hondura psicológica en el retrato de sus personajes, en especial en situaciones en los que la buena compostura indicaba que debían quedar silenciados y que gracias a la destreza literaria de Wharton, abren sus mentes a los lectores.



Biblioteca personal

Tengo este libro en mi biblioteca personal.


Itsukushima Shrine.

  

Los Bucaneros.














































Las bucaneras de Edith Wharton.




Con Edith y sus bucaneras empiezo a hablaros de lo que han dado de si las lecturas de este verano. Leí este libro en junio, pero lo tengo bien fresco y recuerdo a la perfección lo mucho que disfruté con su lectura, así que...¡allá vamos!

La historia comienza a finales del siglo XIX, en la ciudad balnearia de Saratoga; un enclave reputado entre las clases altas de  Boston, Montreal y Nueva York por sus aguas termales, sus espléndidos hoteles y las tradicionales carreras de caballos. Es aquí donde conocemos por primera vez a las tres familias protagonistas: los St. George, los Elmsworth y los Closson. 
Tres familias unidas por su posesión de fortuna, sus elevadas aspiraciones y por la existencia de hijas casaderas entre sus filas: la bella Virginia y la melancólica Annabel por parte de los St. George; la sensual Conchita Closson y finalmente las inteligentes hermanas Ellsworth, Elizabeth y Mabel. Las cuatro son jóvenes, bellas, vivaces y ricas, pero para desgracia de sus progenitores carecen de unos orígenes familiares lo suficientemente buenos como para emparentar con lo más granado de la sociedad neoyorquina.  
Esa que Ward Mcallister bautizase en plena Gilded Age como los "Four Hundred". 
Todo báscula con la llegada de Miss Tesvalley, la futura institutriz de Annabel; una mujer de carácter, que se ha curtido como empleada de distintas familias de la aristocracia británica. Miss Tessvalley convence a sus nuevos empleadores para que viajen hasta Inglaterra con sus hijas en vistas de presentarlas allí en sociedad con el objetivo de cazar un buen marido. Así es como las cuatro jóvenes desembarcan en el viejo mundo dispuestas a conseguir su objetivo.








Después de haber leído varias novelas de Edith, si tuviera que recomendaros una para empezar, sin duda sería "Las bucaneras". Es arriesgado, ya que la novela quedó sin terminar dado el fallecimiento de Edith en 1937, y fue acabada por otra autora (esta es quizás la única pega que puedo ponerle al libro, la perdida de ironía y del tono agridulce en la última parte, cuando se produce la transición de una a otra autora); pero aún así me reafirmo. "Las bucaneras" es una novela divertida y fresca; llena de ritmo, imprevistos y personajes exuberantes. 
Desde el primer momento en el que conocí a las protagonistas me contagié de su buen humor, de la energía propia de su juventud, y me fue imposible no querer saber que ocurriría con ellas una vez terminase la novela. En ese sentido la elección por parte de Wharton de un friso narrativo amplio cumplió plenamente mis expectativas. 
A lo largo de las cuatro partes de la novela, separadas entre si por varios años, vemos la evolución de las cuatro amigas y su inmersión en ese viejo mundo en el que se sienten completamente extrañas. 
Es precisamente ese viaje transatlántico, la experiencia vital de sus protagonistas, lo que permite a Edith describir el encuentro y el choque entre la vieja Europa y la América moderna. La diferencia de valores, costumbres y modales entre ambos espacios queda reflejado en el comportamiento ruidoso, desenfadado, casi salvaje de estas cuatro jóvenes que irrumpen como torbellinos en los viejos y cargados salones de Belgravia. 

Es fascinante ser testigo de las conversaciones que mantienen las distintas familias nobles que aparecen en la novela, en relación a las jóvenes americanas. Esas "bucaneras", cargadas de riquezas, pero carentes de modales. 

"¿Casarse con una americana? 
Pronto no quedará en Inglaterra una sola familia que no lleve veneno en la sangre"  dice uno de los asustados aristócratas.

No os estaré desvelando nada crucial si os digo que al final, y pese a los rechazos iniciales, todas consiguen esposo. Nobles de menor o mayor rango, grandes miembros de la burguesía...las alianzas ventajosas entre ambos continentes quedan así selladas. Unas consiguen sus títulos y otros el capital necesario para mantener su patrimonio ancestral. 

Pero mientras Virginia, Conchita y Elizabeth, más superficiales y calculadoras no dudan en sacar provecho de los placeres que su nueva posición les otorga, no ocurre lo mismo con Annabel, la más soñadora e inocente de todas. Los triunfos mundanos y la posición comprada con su nueva fortuna, pronto se convierten en un cúmulo de tristezas y desengaños. Nadie pareció avisarles al salir de Nueva York de que el éxito social y la felicidad no siempre van de la mano.

 ¿Será capaz Annabel de encontrar su propio camino y tener el valor de romper un compromiso hecho en aras de las obligaciones?
¡Os animo a leerla para encontrar respuestas! 

Aunque parezca controvertida, la máxima que apunta "para escribir bien, se ha de escribir sobre lo que se conoce" se adapta a la perfección al universo de Edith Wharton. Edith, una niña y posteriormente una joven solitaria e insegura, nunca consiguió identificarse con el mundo de la alta sociedad neoyorquina en el que había había nacido. Si bien es cierto que se casó y llevó la vida que se esperaba de ella, siempre guardó un punto de rebeldía interna. En el gran salón de la vida mundana, dejó abierta una puerta de escape que la llevaría hacia su independencia económica y su libertad: su carrera literaria.  
En sus libros Edith diseccionó un universo que ya ha quedado fijado por siempre entre las páginas de sus novelas. No se trata de meros cuadros de costumbres, si no de historias que consiguen mostrar las bondades y las miserias de las clases privilegiadas. El fasto y el fulgor de una vida acomodada, pero también los subterfugios y trapos sucios de un mundo en apariencia brillante. Solo alguien dotado con su enorme capacidad de observación, su mirada crítica, acerada e inteligente podría haberlo logrado. 
"Las bucaneras" aborda un tema que Edith había conocido de primera mano. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX fueron muchas las ricas herederas norteamericanas  que viajaron a Inglaterra en busca de un título nobiliario. Consuelo Vanderbilt, Mary Goelet, Consuelo Yznaga, Jennie Jerome, Mary Leiter, Nancy Astor, Minnie Stevens...son solo algunas de ellas.
Por eso, si os interesa el tema, estoy segura de que disfrutaréis de lo lindo con la novela. Y si tenéis hambre de más material, os dejo con este documental (pinchad en el título para acceder a él) "Las princesas americanas del millón de dólares", introducido por la mismísima Cora, Lady Grantham (los seguidores de Downton Abbey la conoceréis a la perfección).






Los Bucaneros es la última novela escrita por Edith Wharton. La historia se desarrolla en la década de 1870, cuando Wharton era una niña. Estaba inacabado en el momento de su muerte en 1937 y se publicó en esa forma en 1938. El manuscrito de Wharton termina con Lizzy invitando a Nan a una fiesta en casa , a la que también fue invitado Guy Thwaite. El libro fue publicado en 1938 por Penguin Books en Nueva York.  Después de algún tiempo, Marion Mainwaring terminó la novela, siguiendo el esquema detallado de Wharton, en 1993. 

Trama

La historia gira en torno a cinco chicas estadounidenses ricas y ambiciosas, sus tutores y los ingleses titulados, terratenientes pero empobrecidos que se casan con ellas mientras las chicas participan en la Temporada de Londres . A medida que avanza la novela, la trama sigue a Nan y su matrimonio con el duque de Trevenick.





La novela comienza con tres familias socialmente ambiciosas que buscan el estatus necesario para que sus hijas vivan una vida exitosa, con títulos europeos. El dinero de los padres de las jóvenes resulta muy atractivo para los aristócratas europeos para mantener su versión de la riqueza: colecciones de arte, propiedades y otros elementos del estatus social. Si bien algunas niñas viven en matrimonios infelices, a menudo toman amantes para que sus matrimonios funcionen, o solicitan el divorcio. Si bien estas jóvenes no se encontraban en la mejor de las situaciones, con grandes expectativas por parte de los duques, algunas se enamoran. Nan finalmente se enamora de Guy Thwaite.

Novela

Ambientada en la Edad Dorada de 1870, el último libro de Wharton traza las historias de jóvenes americanas adineradas que cruzan el charco para buscar marido entre la aristocracia británica, con títulos pero sin dinero. Y sí, si esa historia le suena familiar, ¡es porque los relatos de las «bucaneras» de la vida real (que incluían a la madre de Winston Churchill, entre otras) inspiraron la historia de Cora Crawley, la condesa de Grantham, en «Downton Abbey»!

¿QUIÉNES SON LOS BUCANEROS?



«Las Bucaneras» nos presenta rápidamente a un grupo de cinco jóvenes americanas que son buenas amigas. Está Conchita Closson, una brasileña de espíritu libre cuya familia es relativamente nueva en la escena social de Nueva York. Entre sus amigas se encuentran las hermanas St. George (la elegante Jinny y la ingenua y librepensadora Nan) y las hermanas Elmsworth (la bella Lizzy y la más joven y eclipsada Mabel). Entre el grupo, Conchita es la primera en contraer un matrimonio aristocrático al casarse con Dick Marable, un encantador hijo menor de un lord inglés.
Las chicas viajan a Inglaterra tras el matrimonio de Conchita, donde rápidamente se encuentran siendo objeto tanto de la fascinación como del desdén de la estirada aristocracia británica. También las acompaña la señorita Laura Testvalley, la antigua institutriz de las hermanas St. George, que tiene sus propias y complicadas conexiones con las familias aristocráticas. Su dinero es envidiado por los lores y las damas cuyas fincas se desmoronan, pero sus modales descarados les dificultan pasar desapercibidas.

¿QUIÉN SE CASA CON QUIÉN EN «LOS BUCANEROS»?

Aunque «Los bucaneros» pueda tener los adornos de un magnífico romance de la Edad Dorada, no es tan sencillo. Conchita, por ejemplo, descubre rápidamente que su príncipe de cuento de hadas es más bien una rana: Dick es perezoso, derrochador y a menudo está ausente, y Conchita responde enrollándose con otros hombres en su ausencia. Jinny acaba casándose con el responsable hermano mayor de Dick, lord Seadown, que es el heredero del título y de las propiedades familiares. Las dos hermanas Elmsworth se casan, al menos con cierto éxito: el matrimonio de Mabel es el que recibe menos atención, y acaba casándose con un rico americano en lugar de con un aristócrata británico. Su hermana mayor, Lizzy, no consigue casarse con lord Seadown y en su lugar se casa con Hector Robinson, un prometedor político con el que comparte un matrimonio relativamente feliz.

Es Nan, sin embargo, quien tiene la historia más enrevesada. Ella atrae la atención de Ushant, el duque de Tintagel, que sabe que necesita casarse y tener un heredero pero no aprecia ser el blanco de los trepadores sociales. Él y Nan se aficionan y deciden casarse, aunque sin pensar las cosas como deberían. El resultado es un matrimonio infeliz, ya que el duque está menos interesado en Nan como persona y más en cumplir con su deber. En cambio, Nan se enamora de Guy Thwarte, un joven que tiene que abandonar Inglaterra para intentar hacer fortuna y salvar la vieja casa de su familia, que se está desmoronando.

¿CÓMO TERMINA EL LIBRO «LOS BUCANEROS»?

Al final de los 29 capítulos que Wharton terminó antes de su muerte, el gran «cliffhanger» es que Lizzy acaba de invitar a Nan, ahora duquesa de Tintagel, a una fiesta en su casa, donde también estará Guy. El esquema de Wharton, que Mainwaring utilizó para terminar la novela, plantea un final sorprendentemente feliz para al menos dos personajes. El matrimonio de Nan con el duque sigue desintegrándose y cada vez está más claro que su corazón está realmente con Guy, que a cambio la ama profundamente. Los capítulos «actualizados» llevan al duque por un camino más villano, al revelarse que en realidad es gay y que está dispuesto a sobrepasar los límites de Nan para conseguir el heredero que necesita.
Conmovida por el amor imposible entre Nan y Guy, y horrorizada por el comportamiento del duque, la señorita Testvalley hace el sacrificio definitivo. Ayuda a Nan y a Guy a huir juntos, abandonando a sus familias y provocando un escándalo, pero permitiéndoles vivir felizmente juntos. Desgraciadamente, esto significa que la posible felicidad para siempre de la propia señorita Testvalley con el padre viudo de Guy se ve frenada en seco.


Jeanette «Jennie» Jerome (Brooklyn, 9 de enero de 1854-Londres, 29 de junio de 1921), más conocida como lady Randolph Churchill, fue una destacada socialite estadounidense afincada en el Reino Unido tras casarse en 1874 con lord Randolph Churchill. El matrimonio tuvo dos hijos, el futuro estadista Winston Churchill y John Strange Spencer-Churchill.

Hija del millonario estadounidense Leonard Jerome, Jennie se fue a vivir a París con su madre y sus dos hermanas —las tres hijas fueron conocidas como the Good, the Witty and the Beautiful («la buena, la ingeniosa y la bella»), siendo Jennie esta última​— en 1867, donde permanecieron incluso tras el estallido de la Guerra franco-prusiana, no abandonando el país para ir a Londres hasta poco antes del sitio de París.​ En 1871 acudió a la regata de Cowes, uno de los eventos sociales más destacados del verano, y donde, dos años más tarde, conocería a su futuro marido, en un baile en honor al heredero al trono del Imperio ruso, Nicolás. La boda, celebrada al año siguiente en la embajada británica de París,​ coincidió con el comienzo de la carrera política de Randolph Churchill, y su esposa fue muy activa en su carrera.
Lady Churchill fue miembro, asimismo, desde su fundación en 1883, de la Primrose League, una asociación creada para fomentar los intereses del Partido Conservador, Sin embargo, la repentina dimisión de su marido, considerado el político tory mejor valorado,6​ como líder de la Cámara de los Comunes del Reino Unido y Canciller de la Hacienda del Reino Unido en 1886, la apartó de la vida política del país hasta después del fallecimiento del mismo en 1895, a la edad de 45 años.
Retomaría un protagonismo político público con el comienzo de la carrera política de su hijo Winston, en 1899, siendo un gran apoyo para él y acompañándolo en múltiples ocasiones en sus viajes por el país, incluso interrumpiendo su luna de miel, después de casarse, en 1900, con el segundo de sus tres maridos, George Cornwallis-West,​ un militar 20 años más joven que ella, para acompañar a su hijo.En 1908, publicó su autobiografía, The Reminiscences of Lady Randolph Churchill.

En 1913 se divorció de Cornwallis-West​ y en 1918, con 64 años, se casó con Montagu P. Porch, un funcionario británico destinado en Nigeria.​ Porch, que entonces tenía 44 años, era tres años más joven que Winston.​ Jennie Jerome murió tres años más tarde, a causa de un proceso gangrenoso, tras una caída en su casa.
En 1916 publicó una antología, Small Talks on Big Subjects, con los artículos que había escrito para Pearson's Magazine, y coordinó una colección de ensayos sobre la participación de la mujer durante la Primera Guerra Mundial, Women's War Work.​
Aunque, junto con otras mujeres destacadas de la vida pública de su época, tuvo un protagonismo relevante en la vida política del país, durante muchos años fue muy crítica con el comportamiento de las suffragettes,​ presidiendo incluso una asociación antisufragista.​
Se le atribuyen numerosos amantes, incluyendo el entonces embajador del Imperio austrohúngaro en el Reino Unido, el príncipe Kinsky,​ y, entre 1886-1889,​ al entonces príncipe de Gales y futuro rey Eduardo VII del Reino Unido.​ Asimismo, a solo dos meses del fallecimiento de su primer marido, se le atribuye una relación con su compatriota y senador del Partido Demócrata, William Bourke Cockran.

Leonard Walter Jerome (3 de noviembre de 1817 - 3 de marzo de 1891)  fue un financiero estadounidense en Brooklyn , Nueva York, y abuelo materno de Winston Churchill.

Las llamadas princesas del dólar (Dollar Princesses) estadounidense eran mujeres estadounidenses ricas de finales del siglo XIX y principios del XX que se casaban con miembros de familias europeas con títulos, intercambiando riqueza por prestigio.

Según un libro titulado Titled Americans (1915), hubo 454 matrimonios entre mujeres estadounidenses de la Edad Dorada y la Era Progresista y aristócratas europeos. La Biblioteca del Congreso afirmó en una guía de referencia que "las herederas estadounidenses se casaron con más de un tercio de la Cámara de los Lores ".The Spectator afirma que entre los matrimonios había 102 "aristócratas británicos", incluidos "seis duques". 

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