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Lema

Libro de Proverbios, 8 20, de la Biblia. "Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad."

lunes, 12 de diciembre de 2016

357.-Historia General de América de Luis Alberto Sánchez; Taiwan.-a


 

1942

Su obra escrita

Es un autor muy prolífico, pues ha publicado más de un centenar de libros, los cuales abarcan distintos géneros: crítica literaria, crítica histórica, historia, biografía novelada, política, ensayo, novela y poesía. Ha colaborado también en numerosos diarios, revistas y otras publicaciones periódicas del Perú y de otros países.
Ha sido el primero en esbozar una visión total y orgánica sobre la historia de la literatura peruana, a tal punto que el crítico Washington Delgado lo califica como el verdadero fundador de la historia literaria del Perú. En ese rubro su obra representativa es La literatura peruana. Derrotero para una historia cultural del Perú, publicada por primera vez entre 1929 y 1936, siendo reeditada y ampliada varias veces, hasta 1975, en que salió la definitiva edición, en 5 tomos.
Varios de sus escritos se consagran a la vida y obra del escritor Manuel González Prada, incluyendo la publicación de sus obras completas. También hizo estudios particulares sobre diversos autores peruanos, destacando los del Inca Garcilaso de la Vega, Manuel Ascencio Segura, José Santos Chocano, Pedro de Peralta y Barnuevo y Abraham Valdelomar.



Entre sus ensayos históricos destacan la Historia general de América (Santiago de Chile, 1942, en dos volúmenes; siendo varias veces editada, hasta una edición final en 4 volúmenes, Lima, 1985), El Perú: nuevo retrato de un país adolescente (Buenos Aires, 1958), América, desde la revolución emancipadora hasta nuestros días (México, 1975) y Fuentes documentales sobre la ideología de la emancipación nacional (1980).
Destacan también sus memorias que publicó bajo el título de Testimonio personal; memorias de un peruano del siglo XX (6 volúmenes, 1969-1988); y sus escritos de política partidaria, como Apuntes para una biografía del Apra (3 volúmenes, Lima, 1978-1981).

  


Luis Alberto Félix Sánchez Sánchez (Lima, 12 de octubre de 1900 - Lima, 6 de febrero de 1994) fue un escritor, abogado, historiador, periodista, crítico literario, traductor y político peruano.

Biografía

Sus padres fueron Alberto Leandro Sánchez Blanco y Carmen M. Sánchez Patiño. Fue bautizado en la parroquia de San Marcelo y sus padrinos fueron Domingo Olavegoya y Carmen Blanco.
En 1908, ingresó al Colegio Sagrados Corazones Recoleta. Al año siguiente, a los nueve años, escribió su primer cuento, Los ladrones audaces, que publicó en el Boletín de la Recoleta.
En 1916, todavía siendo escolar, colaboró en las revistas literarias Lux y Ariel, ocasión en la que entabló amistad con Abraham Valdelomar, José Carlos Mariátegui, Ladislao Meza y otros escritores.
En 1917 ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se graduó de bachiller en Letras (1920) y de doctor en Historia, Filosofía y Letras (1922). Luego estudió Derecho en la misma Universidad donde se tituló de abogado (1926).
Conjuntamente con Raúl Porras Barrenechea y Jorge Guillermo Leguía fue uno de los principales animadores del Conversatorio Universitario fundado en 1919 con la participación, entre otros, de Víctor Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, Carlos Moreyra y Paz Soldán, Ricardo Vegas García y José Luis Llosa Belaúnde. Su propósito fue impulsar la investigación histórica sobre temas de la Independencia del Perú.
En 1921 ingresó como profesor del Colegio Alemán, en el que estuvo hasta 1931. Ahí tuvo como alumnos a los escritores Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen y Estuardo Núñez, a los educadores Felipe Alarco Larrabure y Carlos Cueto Fernandini y a los diplomáticos Alberto Wagner y Guillermo Lohmann, entre otros.
En 1926 se casó con Mercedes Vargas Quintanilla. El 26 de marzo de 1927 se inició en la cátedra universitaria en San Marcos. Paralelamente se dedicó al ejercicio de la abogacía y el periodismo. En 1930 fue elegido Presidente de la Asociación Nacional de Periodistas.

En 1928 fue nombrado subdirector de la Biblioteca Nacional del Perú, de la que había sido secretario desde los 19 años. Ese mismo año fue hecho miembro del Instituto Histórico del Perú. En 1931 se afilió al Partido Aprista Peruano, del cual fue uno de sus más importantes líderes. En ese mismo año fue elegido diputado al Congreso Constituyente, que se instaló al iniciarse el gobierno del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro. Poco después fue apresado y deportado, al igual que el resto de los miembros de la Célula Parlamentaria Aprista (1932).
 Trabajó como profesor visitante y periodista en Cuba, Centroamérica y Ecuador. En 1933 retornó al país al amparo de la amnistía decretada por el gobierno de entonces (el de Óscar R. Benavides). Asumió entonces la dirección del diario La Tribuna, vocero del aprismo. Pero al reiniciarse la persecución antiaprista, fue nuevamente deportado en noviembre de 1934.

Se trasladó a Chile, donde se desempeñó como subdirector y luego director de la Editorial Ercilla. Simultáneamente, ejerció la docencia en la Universidad de Chile (1935 y 1937-1938) y dictó cursos y conferencias en distintas ciudades del continente. En 1943 retornó al país y en 1945 fue elegido diputado por Lima. En abril de 1946 es elegido decano de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y, poco tiempo después, rector de la Universidad para el período de 1946 a 1951; como tal, actualizó el proyecto del rector Manuel Vicente Villarán, para la construcción de la Ciudad Universitaria.

A finales de 1946 fue nombrado jefe de la delegación peruana en la Unesco. En 1948, el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, declaró ilegal al APRA, acusándolo por su participación en la frustrada rebelión del 3 de octubre de 1948. Al día siguiente el Ministro de Educación informó que Sánchez estaba impedido de continuar en funciones de rector. El 13 de octubre Sánchez partió por tercera vez al exilio.

Durante su destierro laboró como profesor universitario en diversos países como México, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Uruguay, Panamá, Colombia, Venezuela, Francia y Estados Unidos. Al retornar el Perú a la senda democrática, Sánchez regresó al país y a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En ella se desempeñó como decano interino de la Facultad de Letras (1958). El 26 de abril de 1961 la Asamblea Universitaria lo eligió por segunda vez rector para el período 1961-1963.
En 1962 Sánchez fue electo Senador pero el golpe de Estado de aquel año impidió el funcionamiento del Congreso. Al año siguiente volvió a ser elegido para integrar la Cámara Alta para el periodo 1963-1969. Fue elegido Presidente del Senado en 1966; ese mismo año, la asamblea de San Marcos lo eligió por tercera vez como rector. El golpe de estado del general Juan Velasco Alvarado puso fin a su periodo como senador, así como a su rectorado en San Marcos. Las denuncias de estudiantes y docentes de oposición debido a supuestos actos de autoritarismo y corrupción, que llegaron a articularse en un movimiento dentro de la casa de estudios sanmarquina, motivaron a que cesara en su cargo de rector.
Durante los años del Gobierno Militar se dedicó principalmente a sus trabajos literarios y al periodismo. Retornó a las labores legislativas al ser elegido miembro de la Asamblea Constituyente (1978-1979), de la cual fue Primer Vicepresidente y Presidente de la Comisión Principal. A raíz de la enfermedad del Presidente de la Asamblea, Víctor Raúl Haya de la Torre, se encargó de su conducción durante el transcurso del debate constitucional.
Sánchez volvió a ser elegido Senador en las elecciones generales de 1980. Durante su gestión fue presidente de la comisión de Constitución y Derechos Humanos del Senado.

En las elecciones de 1985 postuló para Primer Vicepresidente de la República en la fórmula electoral aprista encabezada por Alan García, resultando elegido. En mayo de 1989, García lo nombró Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Presidencia, cargo al que renunció en setiembre del mismo año. En las elecciones de 1990 fue elegido Senador, pero sus labores legislativas se vieron interrumpidas por el autogolpe de 1992.
Tuvo dos hijos con Mercedes Vargas, su primera esposa: Luisa y Luis Alberto. Su segunda esposa aportó cuatro hijos a su segundo matrimonio los cuales recibieron el apellido Sánchez, así como sus dos hijos sanguíneos recibieron como segundo apellido Dergán.

Falleció el 6 de febrero de 1994 y fue sepultado en el cementerio de La Molina.

  

Historia de América.



Estatua que representa las Américas en el Palazzo Ferreria , en La Valeta , Malta

Época precolombina.

Hasta las últimas décadas predominaba la teoría del poblamiento tardío que sostiene que el ser humano llegó a América desde Siberia hace unos 12-14 mil años ingresando a través del Puente de Beringia durante las glaciaciones wurmienses. Sin embargo, más recientemente científicos de distintas áreas han cuestionado cada vez con mayores evidencias la teoría anterior dando forma a una nueva teoría del poblamiento temprano que sostiene no solo un poblamiento muy anterior (probablemente entre 20 000 y 50 000 años a. C.), sino la utilización de otras rutas alternativas a Beringia para ingresar desde Siberia, Mongolia e incluso otros lugares de origen.
En América se produjeron dos revoluciones neolíticas independientes de las sucedidas en África y Asia; una en Mesoamérica alrededor del año 8000 a. C.,​ y otra en la región andina de Sudamérica en el 3500 a. C.​ Entre el 4000 y el 3000 a. C. se formaron los grandes grupos lingüísticos indoamericanos.
En América se desarrollaron importantes civilizaciones, como Caral (la civilización más antigua de América, la cual se desarrolló en la zona central de Perú), los anasazi, los indios pueblo, quimbaya, nazca, chimú, chavín, paracas, moche, huari, lima, zapoteca, mixteca, totonaca, tolteca, olmeca y chibcha, y las avanzadas civilizaciones correspondientes a los imperios de Teotihuacán, Tiahuanaco, maya, azteca e inca, entre muchos otros.
Existen constancias de la llegada y asentamiento de la cultura vikinga en L'Anse aux Meadows, en la actual Terranova alrededor del año 1000. Fue la primera proveniente del actual territorio europeo, aunque existen teorías que sostienen presencia anterior.​ Erik el Rojo habría establecido las primeras colonias en Groenlandia en el año 985.

Descubrimiento y colonización de América.

A partir de la llegada de Cristóbal Colón, la introducción de nuevas enfermedades como la viruela produjo una catástrofe demográfica que algunos investigadores estiman hasta en la muerte de un 93 % de la población.​ En ese marco, algunos imperios europeos conquistaron y colonizaron una parte del continente ocupada por culturas y civilizaciones ya asentadas. España derrotó a las grandes civilizaciones Azteca e Inca y estableció su Imperio a lo largo de toda la costa del Pacífico y la cuenca del Río de la Plata, mientras Portugal colonizaría la franja costera de lo que hoy es Brasil. Francia estableció algunas colonias en la franja costera atlántica desde la actual Canadá hasta el norte de Brasil.
El Reino Unido se estableció en la costa oriental de Norteamérica y en algunos sectores de la costa caribeña. Países Bajos y Dinamarca establecieron colonias en pequeñas islas del Caribe y Rusia finalmente conquistó la zona de Alaska. Los jesuitas organizaron en la región del Alto Paraná una red de misiones-ciudades, habitadas exclusivamente por sacerdotes e indígenas guaraníes con uso exclusivo del idioma guaraní, de gran autonomía, que fueron consideradas como un Estado dentro del Imperio Español.
Hay que señalar también que la conquista europea fue rechazada en diversas partes del continente. Varios pueblos originarios resistieron exitosamente las invasiones europeas sobre vastos territorios, y mantuvieron el dominio sobre ellos hasta fines del siglo xix. La Araucanía, la Patagonia, la llanura pampeana, el Mato Grosso, la región Amazónica y las grandes praderas del oeste norteamericano, permanecieron bajo el dominio de naciones como la Mapuche, Uros, Het, Ranquel, Wichí, qom, amazónicos, algonquinos, Hopi, Comanche, Inuit, etc.

Las enfermedades introducidas por los europeos, como la viruela, causaron la mortandad masiva de las poblaciones originarias y un colapso demográfico que según algunos investigadores superó el 90 % de la población total.
También se instalaron en América del Sur repúblicas de pueblos de origen africano que lograron huir de la esclavitud a la que habían sido reducidos por los portugueses, como el Quilombo de los Palmares o el Quilombo de Macaco.

Independencia de los Estados Americanos.
 
Después de tres siglos de dominio colonial, los pueblos americanos comenzaron a declarar su independencia reclamando su derecho para organizarse como estados nacionales, enfrentando militarmente a las potencias europeas, abriendo de ese modo el proceso mundial de descolonización. Las primeras en hacerlo fueron las Trece Colonias británicas mediante la Revolución estadounidense que dio origen a los Estados Unidos de América, en 1776, organizando un nuevo tipo de sociedad a partir de conceptos políticos novedosos como independencia, constitución, federalismo y derechos del Hombre.
En 1804, los esclavos de origen africano de Haití se sublevaron contra los colonos franceses, declarando la independencia de este país y creando el primer estado moderno con gobernantes afroamericanos.
A partir de 1809,​ los pueblos bajo dominio de España llevaron adelante una Guerra de Independencia Hispanoamericana, de alcance continental, que llevó, después de complejos procesos, al surgimiento de varias naciones: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Panamá, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. En 1844 y 1898 el proceso se completaría con la independencia de República Dominicana y Cuba, respectivamente.

En 1816, se conformó un enorme estado independiente sudamericano, denominado Gran Colombia, y que abarcó los territorios de los actuales Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador y zonas de Brasil, Costa Rica, Guyana, Honduras, Nicaragua y Perú. La República se disolvió en 1830.
En 1822, Brasil se organizó como monarquía independiente, el Imperio del Brasil, al disolverse el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, hasta 1889 cuando la monarquía fue abolida para establecer una república. Por su parte, Estados Unidos y Gran Bretaña negociaron en 1867 un proceso de independencia con restricciones para Canadá, que se fue consolidando durante el siglo xx.
En la segunda mitad del siglo xx, debido a la presión del proceso de descolonización impulsado por las Naciones Unidas, varios pueblos del Caribe obtuvieron su independencia de Gran Bretaña: Belice, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Trinidad y Tobago. Simultáneamente, se independizaron Surinam de los Países Bajos y Guyana del Reino Unido. En la actualidad, aún existen varios pueblos y territorios bajo dominio colonial británico, francés, neerlandés y danés.

América contemporánea.

Tras su emancipación los países de América han seguido un desarrollo dispar entre sí. Durante el siglo xix, Estados Unidos se afianzó como una potencia de carácter mundial y reemplazó a Europa como poder dominante en la región.
El siglo xx vio incrementarse la diferencia en el desarrollo de Norteamérica con respecto al resto del continente. Así, mientras Estados Unidos se convirtió en superpotencia mundial desde mediados de siglo, América Latina y el Caribe se conformó como la región con mayor desigualdad social del mundo, incluyendo países, como Haití o Bolivia, que registran índices de desarrollo que se encuentran entre los más bajos del planeta.

Entre los acontecimientos políticos más importantes de la historia contemporánea de América se encuentran la Revolución Mexicana (1910-1917), la Guerra Fría (1945-1991) que opuso frontalmente a Estados Unidos y la Unión Soviética y llevó a una sucesión de dictaduras en América Latina, y la Revolución Cubana (1959). 
En las décadas de 1960 y 1970 la aparición del rock and roll, como resultado de la fusión de culturas afroamericanas y su difusión mundial, y de movimientos juveniles radicales, llevaron a un profundo cambio cultural. 
A partir de la década de 1980 la concentración de empresas y universidades y las innovaciones tecnológicas producidas en el Silicon Valley en California, convirtió a la región en eje de la Sociedad de la Información.
Desde fines del siglo xix, los países de América buscaron conformar un sistema de unidad panamericana resultando en la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1948. Por otra parte, desde fines del siglo xx, los países de América han intensificado esfuerzos para integrarse subregionalmente en diversas instancias.

América urbana
Santiago, Chile

Un área o zona metropolitana es una región urbana que engloba una ciudad principal (la metrópoli) que da nombre al área y una serie de ciudades que pueden funcionar como ciudades dormitorio, industriales, comerciales y serviciales. También se conoce como red urbana.

En América del Sur: Región metropolitana de São Paulo, Gran Buenos Aires, Región Metropolitana de Río de Janeiro, Lima Metropolitana, Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, Región Metropolitana de Santiago, Belo Horizonte, Gran Caracas, Área metropolitana del Valle de Aburrá, Gran Guayaquil, el Distrito Metropolitano de Quito, Gran Córdoba, Gran Rosario, Área metropolitana de Maracaibo, Área Metropolitana de Cali, Gran Concepción, Gran Valparaíso, Área metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, Región metropolitana de Cochabamba, Área metropolitana El Alto-La Paz, Gran Asunción, Área metropolitana de Montevideo, entre las más pobladas y extensas.

En América del Norte y América Central: el Gran Santo Domingo de la República Dominicana, Zona metropolitana del valle de México, Área metropolitana de Boston, Área metropolitana de Houston, Área metropolitana de San Diego, Área metropolitana de San Salvador Área metropolitana de Ciudad de Panamá, Área metropolitana de Miami, Zona metropolitana de Monterrey, Zona metropolitana de La Laguna, Área metropolitana de Toronto, Área metropolitana de Vancouver, Área metropolitana de Montreal, Área metropolitana de Denver, Área metropolitana de Nueva York, Gran Los Ángeles, Gran Área Metropolitana (Costa Rica), Área metropolitana de Guatemala, de Chicago, Dallas-Fort Worth.

  

América anglosajona.




América Anglosajona​ o Angloamérica, es el término que se utiliza habitualmente para designar los Estados Unidos así como los países donde el idioma oficial o mayoritario es el inglés y que fueron antiguas colonias británicas, como Canadá y que se emplea en contraposición a lo Hispano e Hispanoamérica, en relación con el idioma español y América Latina en relación con los países al sur de los Estados Unidos de América.
El término «anglosajón» hace referencia al idioma inglés frente a otras «Lenguas germánicas» de las que forma parte, mientras el término «latino» o América Latina no es del todo preciso, porque hace referencia varias lenguas romances, por lo que para hacer un paralelismo debería hablarse de «anglosajona» frente a «hispanoamericana», en relación con el idioma español frente otras lenguas romances.

Países y territorios:

Estados Unidos
Canadá, salvo provincia de Quebec y Nunavut.-
Antigua y Barbuda
Bahamas
Dominica
Guyana
Granada
San Cristóbal y Nieves
Jamaica
Santa Lucía
San Vicente y Granadinas
Trinidad y Tobago
Bermudas
Anguila
Islas Caimán
Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur
Islas Turcas y Caicos
Islas Vírgenes y Británicas
Islas Vírgenes de los Estados Unidos


  



América Latina o Latinoamérica es una región formada por el conjunto de países de América donde predominan las lenguas romances (lenguas derivadas del latín), como la española, portuguesa y francesa. Geográficamente incluye la mayor parte del continente americano, desde el archipiélago de Tierra del Fuego, en América del Sur, hasta el río Bravo en la frontera entre México y Estados Unidos, en América del Norte, abarcando las islas caribeñas e incluyendo la parte central del continente,​ con excepción de los países de la región donde no se hablan lenguas romances.​ De los tres idiomas que definen a América Latina, el español y el portugués son los predominantes, quedando el francés como idioma de solo un 3% de la población de la región.

Derivado de la expresión «América Latina» se ha popularizado el gentilicio «latino» para hacer referencia a personas de cultura latinoamericana. 
​ En el caso del continente americano, se aplica el término latino como contracción de «latinoamericano» a los países que tuvieron un origen en la colonización de España, Portugal y Francia y son aquellos en los cuales se instaló esta cultura neolatina, resultado del mestizaje con los pueblos originarios de América y del África subsahariana.
 Tras las independencias en el siglo xix, las corrientes migratorias de los siglos XIX y XX aportaron millones de inmigrantes españoles, portugueses e italianos que sumaron más elementos al carácter latino (en especial en Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela). No obstante, hubo también un importante movimiento migratorio de individuos portadores de otras culturas europeas, asiáticas o africanas.

A partir de lo reseñado, se puede establecer que la identidad cultural de América Latina está compuesta por diversas procedencias y es resultado del mestizaje: indígena, ibérica y subsahariana en su origen, ha recibido el aporte de otros europeos de procedencia latina y ya en menor medida de origen germánico, céltico, eslavo, anglosajón), del mundo árabe (en especial el Levante) y del Asia Oriental.

Países soberanos

Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
 Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
 Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
 República Dominicana
Uruguay
Venezuela


la Tercera América.   


También existe una tercera américa, no anglosajona o latina, formada por los países hablan holandés o danés.

Idioma holandés se habla en america en las islas antes llamadas Antillas Neerlandesas de Curazao, San Martín, Aruba, Bonaire, Saba y San Eustaquio; y en Surinam.




La carretera Panamericana.


La carretera Panamericana y sus troncales unen las ciudades de Prudhoe Bay, en el Estado de Alaska, Estados Unidos, con Punta Arenas, Chile.



Cartel utilizado en Argentina y Chile para señalar el tránsito de los automovilistas por Carretera Panamericana.


La carretera Panamericana, también llamada ruta Panamericana o simplemente Panamericana, es un sistema de carreteras, de aproximadamente 17848 km de largo, que vincula a casi todos los países del continente americano con un tramo unido de carretera, excepto de momento unos 130 kilómetros en la región del Darién entre Colombia y Panamá.

Fue concebida en la V Conferencia Internacional de los Estados Americanos en 1923,​ celebrándose el Primer Congreso Panamericano de Carreteras en Buenos Aires en 1925, al que siguieron los de 1929 y 1939. La carretera Panamericana no es una única gran obra o megaproyecto al estilo del ferrocarril Transiberiano, sino una multitud de carreteras de diversos países y características conectadas entre sí. No obstante, casi un siglo después de su concepción se encuentra casi completa, y se extiende desde el estado de Alaska (Estados Unidos) en Norteamérica hasta la ciudad de Buenos Aires (Argentina) en Sudamérica, pasando por las ciudades de Ciudad de México (México), Ciudad de Guatemala (Guatemala), San Salvador (El Salvador), Cali (Colombia), Quito (Ecuador), Lima (Perú) y Los Andes (Chile) originalmente. También la ruta alcanza las ciudades de Quellón, en la isla Grande de Chiloé (Chile), y de Ushuaia (Argentina), en Sudamérica. El tramo notable que impide que la carretera se conecte completamente es un trayecto de aproximadamente 130 km de selva montañosa dura, ubicado entre el noroeste de Colombia y el extremo este de Panamá, llamado tapón de Darién. La carretera Panamericana se corta entre Yaviza (Panamá), y en Lomas Aisladas (Colombia) se da inicio a la carretera Panamericana en América del Sur. Existen actualmente dos proyectos en ejecución: transversal de las Américas,​ y las autopistas de la Montaña, y su principal obra es la construcción de la autovía o doble calzada, como se denomina en Colombia, entre Medellín y Turbo, que posteriormente hará posible el tramo faltante de 87 km de la carretera Panamericana que unirá a América. Hay oposición a completar la porción de Darién de la carretera por diversas razones, incluyendo el deseo de proteger la selva tropical —puesto que esa zona conforma una reserva de la biosfera, conocida en Colombia como el Chocó biogeográfico—. También, mantener el control de ciertas enfermedades tropicales, proteger la cultura de los pueblos indígenas y evitar cuestiones que van del tráfico de drogas, la trata de personas, y las guerrillas a la propagación de la fiebre aftosa. La carretera Panamericana pasa por climas y sistemas ecológicos diversos, desde las selvas densas hasta las montañas congeladas. Es poco uniforme, algunos tramos no son transitables durante la estación de lluvias, y en muchas regiones viajar en auto es un riesgo.


Placa de identificación vial de la ruta 5 Panamericana en Chile

Los tramos famosos incluyen la carretera de Alaska y la carretera Interamericana —esta última es la denominación del tramo que va desde Estados Unidos hasta Paso Canoas (Panamá); parte de este trecho es frecuentemente empleado por los turistas estadounidenses que conducen a México—

La Ruta 5. 

La Panamericana y la línea 2 del Metro de Santiago, vista desde el Puente Huérfanos.

La Ruta 5 es el nombre de la principal carretera de Chile. Con sus 3363 kilómetros cruza al país desde el límite con Perú, en el extremo norte, hasta Quellón, en la isla Grande de Chiloé, con lo que atraviesa 14 de las 16 regiones del territorio nacional.
​Forma parte de la carretera Panamericana, y su creación se realizó mediante la promulgación del decreto 556 del año 1969.
Esta carretera está subdividida en Norte y Sur, y su kilómetro cero está ubicado en el centro de Santiago, en la intersección con la Avenida Libertador General Bernardo O'Higgins.

Historia
La Panamericana y la línea 2 del Metro de Santiago, vista desde el Puente Huérfanos.




Tiene su origen en torno a los planes de construcción de la carretera Panamericana como una forma de integración del continente a principios de los años 1920. En 1930 el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo logró que el llamado Camino Longitudinal uniera las ciudades de Arica en el norte y Puerto Montt en el sur.​ Para esto utilizó antiguas rutas, como el antiguo Camino Real, utilizado desde la Colonia para unir las principales ciudades de la zona centro sur de Chile.
En el gobierno de Gabriel González Videla comenzó la pavimentación del Camino Longitudinal entre Santiago y La Serena, como parte del denominado Plan Serena, un proyecto para la renovación urbana de la Provincia de Coquimbo. Las obras fueron realizadas por el Ministerio de Obras Públicas, que trazó una ruta directa entre ambas ciudades, lo que llevó a la desconexión de otros poblados por el cual pasaba el Camino Longitudinal. Estos trabajos fueron financiados por Estados Unidos a través del Eximbank, por lo que el tramo entre Santiago y La Serena fue denominado Carretera Presidente Roosevelt cuando fue inaugurada en 1952.
En 1966 comenzó la construcción de la Avenida Norte-Sur, nombre de la ruta a su paso por el centro de Santiago. Esta avenida, construida como trinchera descubierta, reemplazó a cerca de 15 calles coloniales que iban filtrando el tránsito de norte a sur, y fue la primera autopista urbana construida en el país. Su trazado evitó la destrucción de mansiones como el Palacio Errázuriz Urmeneta, pero sí significó la destrucción de centenares de edificaciones, incluido el Liceo Alemán de Santiago.
 La pavimentación de la ruta continuó hacia el sur de Santiago, obras que fueron inauguradas por el presidente Eduardo Frei Montalva en 1968. Al año siguiente un decreto la nombró oficialmente como Ruta 5.
Desde los años 1990 se realizó una renovación de la Ruta 5 que supuso la construcción de una doble vía entre La Serena y Puerto Montt, realizado a través de la Ley de Concesiones, en la que el Estado licitó obras públicas a empresas privadas permitiendo el cobro de tarifas.

En el cruce subterráneo bajo la Avenida Libertador General Bernardo O'Higgins, la vía más importante de la ciudad, se origina el km 0, y en el que también se divide la Panamericana según donde vaya la carretera, norte o sur. Así se divide la Ruta 5N y la Ruta 5S.




Eje Norte-Sur.

Este tramo se ubica entre el enlace de la Ruta CH-5 y Avenida Américo Vespucio Norte, en la comuna de Quilicura, y el extremo norte del Puente Maipo, en la comuna de San Bernardo.

Cuenta con 49 pasos superiores e inferiores, dos puentes, un túnel, 19 pasarelas peatonales y 114 hectáreas de áreas verdes. Atraviesa 11 comunas. Es la ruta más concurrida de los dos tramos de la Autopista Central ya que circula más cerca del centro de la capital y por más sectores habitacionales.

El tramo que recorre la comuna de Santiago, lo hace en conjunto con la Línea 2 del Metro de Santiago. Su hito 0 está en el paso bajo nivel de Alameda (Trinchera Cubierta Los Héroes), donde se divide entre norte y sur. También se ubican a un kilómetro de distancia los túneles Blanco Encalada (de 254 metros en la pista oriente) y Toesca (de 490 metros en la pista poniente), que van en pendientes separadas de las caleteras y el Metro de Santiago. Como vías paralelas o caleteras de las autopistas están la Avenida José Joaquín Prieto Vial, Avenida Viel y Avenida Manuel Rodríguez. En los alrededores de esta ruta se puede encontrar lugares destacados de la capital como la Parroquia Santa Ana, el Museo Nacional de Historia Militar, el Palacio Cousiño, el Parque O'Higgins y el Centro de Justicia de Santiago.



Desde Autopista del Aconcagua hasta Alameda Autopista del Aconcagua kilómetro 10.6 Inicio Autopista Del Aconcagua. kilómetro 10.3 Aeropuerto - Quilicura. kilómetro 10 Vespucio Norte - Las Condes. kilómetro 9 Cardenal Caro Sentido Norte-Sur. kilómetro 8 Al Sur - General Velásquez Sentido Norte-Sur. kilómetro 7 Av. Puerto Montt - Zapadores. kilómetro 6 14 de la Fama - Dorsal. kilómetro 4 Domingo Sta. María. kilómetro 3 Costanera Norte - Al Oriente. kilómetro 2 Sta María Sentido Norte-Sur - Puente Manuel Rodríguez - Autopista Costanera Norte. kilómetro 1 Balmaceda - Compañía. kilómetro 0.5 Alameda - Agustinas.

Desde Alameda hasta el Río Maipo kilómetro 0.1 Alameda - Toesca. kilómetro 1 Túneles Blanco Encalada y Toesca. kilómetro 2 Rondizzoni. kilómetro 3 Ruta 78 - Carlos Valdovinos - Centro de Justicia. kilómetro 5 Salesianos. kilómetro 6 Departamental. kilómetro 7 Lo Ovalle. kilómetro 8 El Parrón. kilómetro 9 Autopista Vespucio Sur. kilómetro 10 Lo Espejo - Maipú. kilómetro 13 General Velásquez - Las Acacias. kilómetro 15 La Vara - Lo Blanco. kilómetro 19 San Bernardo. kilómetro 20 Catemito - Barrancón. kilómetro 21 Calera de Tango - Peñaflor kilómetro 23 Nos - Mall Plaza Sur. kilómetro 25 Lo Infante - La Estancilla Sentido Norte-Sur. kilómetro 26 Lo Herrera. kilómetro 27 Los Naranjos Sentido Norte-Sur. kilómetro 28 Romeral Sentido Norte-Sur. kilómetro 29 Puente Maipo kilómetro 30 Los Guindos-El Recurso kilómetro 31 Inicio Ruta del Maipo. Ruta del Maipo


Historia


Desde 1966 se dio inicio a la construcción del complejo Norte-Sur, y también a la autopista Santiago - Puerto de San Antonio, Ruta 78, siendo ambas las primeras autopistas ─urbana y regional respectivamente─, construidas en Chile.

Al momento de inaugurarse el Complejo Vial Norte Sur (1975), habían transcurrido casi 60 años desde el enunciado de Karl Brunner sobre la necesidad de un gran eje Norte-Sur para Santiago.



Avenida Manuel Rodríguez o Caletera Local Norte Sur Manuel Rodríguez.


Vista de la Avenida Manuel Rodríguez desde la Alameda Libertador Bernardo O'Higgins al norte, en 2013.


Avenida Manuel Rodríguez o Caletera Local Norte Sur Manuel Rodríguez es una arteria vial que recorre de norte a sur en paralelo a la Autopista Central en la comuna de Santiago. Lleva el nombre de Manuel Rodríguez Erdoíza, patriota y guerrillero que luchó por la independencia de Chile.

Nace desde el norte como una continuación de la Avenida Fermín Vivaceta en el cruce con Avenida Santa María y la Costanera Norte. Cruza la Alameda Libertador Bernardo O'Higgins y llega hasta la Avenida Santa Isabel, cuando cambia de nombre a Avenida Viel.

Fue conocida como la Calle de los Baratillos Viejos por su intensa actividad comercial. Desde la construcción de la carretera y de la Línea 2 del Metro de Santiago sufrió una serie de transformaciones, que implicaron cambios en su trazado y derrumbes de casonas. La actual calle Tucapel Jiménez conserva parte del recorrido original.

Es parte del Barrio Dieciocho en la cuadra que comprende la calle Alonso Ovalle y la Alameda.​ También es considerada parte del Barrio República,​ ya que cuenta con sedes de educación superior como la Universidad Diego Portales, la Universidad Santo Tomás, la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología y el Instituto Profesional Valle Central.

Los otros hitos de la avenida son la Plaza Los Héroes, la sede central del Registro Civil, el Consejo de Defensa del Estado, el Instituto Geográfico Militar, y el Palacio Errázuriz Urmeneta.

Debido a los cambios sufridos en las décadas de 1960 y 1970, la avenida fue modificando su entorno, quedando compuesta principalmente por edificios habitacionales de gran altura. El 16 de diciembre de 1969 fue inaugurado el puente que prolongó hacia el norte la avenida Manuel Rodríguez, cruzando el río Mapocho y conectándola con la avenida Fermín Vivaceta.



Biblioteca Personal.

Tengo un libro en mi colección privada .- 


Itsukushima Shrine.

TAIWAN, Independencia  y nacionalismo 

Taiwan, después de 75 años de estar separados de China, las nuevas generaciones nacidas y criadas en la isla, tienen sentimientos nacionalistas Taiwaneses, no se sienten chinos. La China ya perdió ese territorio para siempre,  como ocurrió con Mongolia y otros territorios perdidos en siglo XX. Cuando llegue los 100 años, no quedara nada una a China.

Chiang Kai-shek , líder del Kuomintang desde 1925 hasta su muerte en 1975


Resumiendo brevemente su compleja historia, Taiwán ha sido un territorio invadido por diferentes potencias durante siglos. Antes de la caída del imperio chino, fue invadida por Japón a finales del siglo XIX. Terminando la Segunda Guerra Mundial fue devuelto a la, en su momento, República China encabezada por Chang Kai-Shek y su partido, el Kuomingtang (KMT). Tras la derrota en la guerra civil y la fundación de la Republica Popular de China el 7 de diciembre de 1949, los miembros del KMT se refugiaron en dicha isla.

La República de China dejó de ser miembro de las Naciones Unidas en 1971, cuando los países miembros votaron a favor de que la República Popular ocupara el asiento correspondiente a China en la organización. A partir de los años 1980 se abandonó paulatinamente la idea de que el régimen de la República de China debía mantener su aspiración de retomar el control sobre toda China, y creció el grado de identificación entre el régimen político y su nueva realidad territorial. 


Esto ha motivado, en las últimas tres décadas, un proceso de taiwanización creciente de las instituciones de la isla, en las que el uso del nombre «Taiwán» se ha hecho mucho más frecuente. Durante la época de gobierno de Lee Teng-hui se favoreció de manera oficial el nombre República de China en Taiwán, mientras que desde que asumió la presidencia Chen Shui-bian se ha dado más difusión al nombre República de China (Taiwán). 

Estos nombres se han utilizado también en las solicitudes de readmisión del régimen taiwanés en las Naciones Unidas, que vienen siendo presentadas año tras año por los países que aún reconocen a la República de China. Estas solicitudes anuales son políticamente inviables, dada la oposición frontal de la República Popular China a cualquier reconocimiento como país independiente de lo que consideran una parte de su territorio.


  

El día que China y Taiwán dejaron de ser uno.

Andrés Herrera Feligreras, Ferran Pérez Mena
18/05/2023 

Hablar de las relaciones entre ambos lados del estrecho de Taiwán implica partir de una fecha: 25 de octubre de 1945. Ese día, Chen Yi en nombre de la República de China recibía de manos de Rikichi Ando, la rendición de las tropas japonesas de la isla y, con ella, el gobierno de Taiwán
Se cumplía así el acuerdo al que había llegado Chang Kai Chek con Roosevelt y Churchill durante la conferencia de El Cairo (1943) posteriormente ratificada por la declaración de Postdam (1945). En aquel acto, se ponía fin a cincuenta años de ocupación japonesa. El gobierno de la República de China proclamaría esa fecha como día de la Retrocesión, una efeméride para festejar el retorno a la patria de la provincia de Taiwán, un territorio perdido por la última dinastía imperial, la dinastía Qing (1644-1912), como resultado de la primera guerra Sino-Japonesa y el humillante tratado de Shimonoseki (1895).
Desde el Partido Nacionalista Chino o Kuomintang (KMT) se optó por establecer, provisionalmente, un directorio militar con poderes absolutos comandado por Chen Yi en un clima de hostilidad hacia los isleños. Y es que, como ha señalado el historiador Yu-Ting Lu, la percepción entre isleños y continentales sobre la reunificación era muy distinta. Si para los taiwaneses se trataba de un anhelado regreso a la patria, en la retórica del KMT había un fuerte sesgo de reconquista de un territorio históricamente chino.
Esta brecha no hizo sino ensancharse con el inicio de la segunda fase de la guerra civil china entre el Partido Comunista de China (PCCh) y el Kuomintang en 1946. Si desde la llegada a la isla de los nacionalistas, estos habían monopolizado la participación política y establecido un sistema de corte étnico y xenófobo, basado en la lealtad personal y el nepotismo, el inicio de la guerra civil en el continente permitió a Chen Yi iniciar un proceso de represión que, aunque principalmente dirigido contra la izquierda, tuvo en su diana cualquier contestación a su autoridad en la isla.
Este clima, marcado por un programa ideológico de hostilidad cultural hacia los taiwaneses, corrupción en la Administración y represión policial que dificultó las relaciones entre continentales y taiwaneses alcanzó su punto más alto con los sucesos del 28 febrero de 1947.
La violenta requisa a una vendedora de cigarrillos la noche del 27 de febrero va a dar lugar a una dinámica de acontecimientos que abrirán una profunda herida entre los isleños y los continentales. El descontento de la población y la violenta reacción del directorio militar terminarán en una revuelta armada que, en el contexto de guerra civil, el gobierno de Nanking no estaba dispuesto a tolerar, por lo que mandó tropas desde el continente con instrucciones claras de restaurar el orden. Durante los primeros días de marzo el ejército del KMT llevó a cabo un programa de represión sistemática contra todo tipo de disidencia y, muy especialmente, contra líderes sociales taiwaneses.

La República de China en Taiwán.

Otra fecha, 7 diciembre de 1949, el Gobierno de la República de China inicia la gran retirada. Los ejércitos del KMT acompañados por aquellos que habían tomado partido por el bando nacionalista se embarcan rumbo a Taiwán. El 1 de octubre, en Beijing, Mao Zedong había proclamado la República Popular China; meses antes, en agosto de 1948, Chang Kai Chek ya había iniciado los primeros movimientos de la retirada estratégica hacia Formosa con la finalidad de reagruparse y volver, un día, a reconquistar el continente.
Durante décadas la legitimidad internacional de representación del pueblo chino estuvo en Taipéi. La República de China, con el apoyo de EE.UU., disponía de asiento y veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y salvo los países integrados en el bloque socialista y los no alineados nadie reconocía la República Popular China. Desde ambos lados del Estrecho se reivindica la política de “una sola China” y se articulan operaciones militares destinadas a la derrota del otro. Las más conocidas son las que dieron lugar a las dos primeras crisis del Estrecho (1954-1955 y 1958) pero hubo otras, como las protagonizadas por el Ejército de Salvación anticomunista (1951-1954) entrenado por la CIA.
Durante las dos primeras décadas de gobierno del KMT, la isla había iniciado un importante proceso de transformación.
 Asistido por los planificadores estadounidenses y con la larga mano de los servicios secretos que aseguraban el combate contra la disidencia, la isla entró en el club de los tigres asiáticos. La mejora del nivel de vida de la población, la represión –la ley marcial establecida en 1949 no se levantaría hasta 1987– y el programa de sinización constituyeron ingredientes de un combinado que permitían construir una narrativa en la que la República de China constituía un modelo exitoso frente a los excesos de la “China comunista”. Uno de los artífices del modelo, y de alguna forma la persona que sentó las bases del Taiwán actual, fue Chiang Ching Kuo (CCK).
Desde la proclamación de la República Popular China en 1949 hasta comienzos de la década de los setenta, los logros del gobierno del PCCh han quedado en buena parte eclipsados por las diferentes campañas de masas del maoísmo. En paralelo a los primeros compases de la revolución cultural (1966-1976), el peso de CCK en el gobierno de Taipéi fue incrementándose y con su ascenso la reevaluación de la estrategia hacia el continente. Para CCK la clave estaba en el desarrollo económico y la guerra político-psicológica a través de la difusión del estilo de vida de los chinos en Taiwán. Era imprescindible que China viviera una revolución popular al estilo húngaro, alentarla con elementos infiltrados, y solo después apoyarla militarmente.
El ascenso de CCK a la cima del poder coincidió con el cambio de posición de la Casa Blanca hacia China. Los compromisos de Nixon y Kissinger con la República Popular posibilitaron, en primer lugar, que en 1971 Taipéi fuera expulsada de Naciones Unidas y, tras ello, Beijing inició un amplio proceso de normalización de relaciones. En la política de aislar diplomáticamente al adversario, Mao parecía haberle ganado la partida a su rival. Cuando Chang Kai Chek murió, en 1975, solo veintiséis estados mantenían relaciones diplomáticas con la República de China.

Deng Xiaoping y su fórmula para Taiwán.

La muerte de Mao Zedong en 1976 abriría una etapa de difícil transición en la cúpula del PCCh saldada con el regreso de Deng Xiaoping y el inicio de una nueva etapa en la historia de la República Popular China. Entre los mensajes lanzados en los primeros años de liderazgo de Deng, tiene una significación especial el Mensaje a los compatriotas de Taiwán (1/I/1979). 
En él se observan cambios significativos: se sustituye “liberar Taiwán” por “solucionar pacíficamente el problema de Taiwán”. Deng había comenzado una ofensiva diplomática buscando el entendimiento entre ambas orillas. Para Taiwán se diseñó la fórmula “un país, dos sistemas”.
La respuesta de CCK a Deng, con quien había compartido días en Moscú durante los tiempos del Primer Frente Unido, fue “un país necesita solo un buen sistema”. La política de Taipéi combinó rotundidad (no contactos, no concesión, no negociación) con el pragmatismo de una diplomacia flexible. Sin embargo, tanto el desarrollo económico de la isla como la política de reforma y apertura del continente desbordaron las posiciones oficiales. El dinero taiwanés comenzó a fluir hacia China continental, a través de Hong Kong, sin que Taipéi pusiera impedimentos.

La República de China se presentaba al mundo como la “China libre” en sentido opuesto al régimen autoritario del PCCh. Sin embargo, sometida a una legislación de excepción, solo el nivel local quedaba abierto a los no vinculados al KMT. La oposición de distinto signo se articulaba en candidaturas conocidas como Dangwai (literalmente, de fuera del partido), y la tolerancia –dentro de unos límites– durante el mandato del CCK animó a los isleños a una mayor participación política. En 1986, con el consentimiento del KMT, las diferentes corrientes de oposición convergen en la creación de un partido opositor: el Partido Demócrata Progresista (PDP).
La fundación del PDP, al igual que el levantamiento de la ley marcial (1987), la autorización de visitas al continente (1987) y la ley de prensa (1988), formaba parte de un plan para avanzar hacia un nuevo tiempo. Si Deng Xiaoping había puesto el acento en la apertura económica; CCK apostó por la economía de mercado, el multipartidismo y la prensa libre, como instrumentos de legitimación de su proyecto de unificación. Fundamentos de una guerra política que, en ambas orillas del Estrecho, parecía haber sustituido los planes de unificación por vía militar.
La inesperada muerte de CCK el 13 de enero de 1988 permitió a Lee Teng Hui ascender a la presidencia de la República de China. Siguiendo el espíritu de CCK, Lee contribuyó a anclar el proyecto político del KMT en la isla pero, durante su Administración, las estructuras del Estado inician una profunda transformación interna en gran parte para aprovechar las oportunidades de negocio que ofrecía la apertura de la República Popular y facilitar la integración económica entre ambas orillas.

Tras Tiananmen y la caída del Muro.

Las protestas de Tiananmen en 1989, las subsecuentes sanciones internacionales y la implosión del bloque socialista en Europa parecían ofrecer una oportunidad para la República de China en la arena internacional. En una entrevista con periodistas estadounidenses Lee manifestó:
 “La reunificación de China por medios democráticos y pacíficos ha sido la meta del Gobierno de la República de China (…) Desde el incidente del 4 de junio de 1989 en la plaza Tiananmen, la insatisfacción y la impaciencia del pueblo en China continental hacia la política y las acciones regresivas de los líderes comunistas son evidentes. No es impensable que un cambio importante pudiera ocurrir en China continental en el futuro cercano”.
Durante sus primeros años en el cargo, la posición de Lee en cuanto a la defensa de la identidad del Estado chino en Taiwán, la unificación y el principio de “una sola China” no variaron con respecto a la posición tradicional del KMT. De hecho, la compleja situación en la República Popular en el periodo 1989-1992 generó una percepción de relativa fortaleza en Taipéi. Durante la Administración Lee se pusieron en marcha el Consejo de Unificación Nacional (1990), la Fundación para los Intercambios en el Estrecho (1991) y se abolieron las Disposiciones temporales efectivas durante el período de movilización nacional para la represión de la rebelión comunista (1991) en un movimiento de gran calado porque, al poner fin a la legislación de excepción derivada de la guerra civil, parecía querer establecerse las bases de un nuevo entendimiento con el continente.
También, durante el mandato de Lee, quedó establecido el conocido como Consenso de 1992, cuya base está, precisamente en un comunicado emitido por el Consejo de Asuntos del Continente de la República de China en el que se indica:
 “Ambos lados del estrecho de Taiwán están de acuerdo en que solo hay una China”.
Sin embargo, las reuniones de trabajo entre las contrapartes continentales y taiwanesas iniciadas en 1992 quedaron interrumpidas. Primero por la tercera crisis del Estrecho (1995-1996) y posteriormente cuando Lee Teng Hui propuso en 1999 su “teoría de los dos Estados”. Este concepto promovía una formula parecida a la que adoptaron las dos Alemanias entre 1970 y 1990. Según Lee, la República de China y la China continental representaban dos jurisdicciones distintas, una idea que rompía con la posición tradicional del KMT.
Pero la ruptura con los postulados tradicionales del KMT fueron mucho más allá de tratar de aumentar su margen de acción exterior. Lee promovió la “taiwanización” de una identidad nacional que históricamente había estado ligada a una fuerte identidad china marcando así, con sus políticas, un camino que permitió dar viabilidad a las propuestas programáticas del independentismo taiwanés.

La alternancia en el poder, un obstáculo para la unificación.

Si la introducción de elecciones libres supuso una importante barrera en el proceso de unificación, el resultado de las elecciones del 2000 no hizo sino acentuar esta dificultad. Con la victoria de Chen Shui Bian, del PDP, la oposición ganaba unas elecciones democráticas y parecía que el independentismo podría avanzar hacia sus objetivos. Pero la presidencia de Chen estuvo marcada por una República Popular que, en espectacular ascenso económico, mantenía cierta cordialidad diplomática con EE.UU. El equilibrio de poder en el Estrecho comenzaba a bascular hacia Beijing.

En este contexto de debilidad estratégica y de crecientes tensiones con China, Chen planteó que, a cada lado del Estrecho, había dos países y profundizó en las líneas identitarias iniciadas por Lee, y sus políticas ayudan a comprender el Taiwán de hoy. El desarrollo de una identidad nacional taiwanesa fue concebido como un arma contra China pero, en aquel momento, el PDP no encontró respaldo internacional. Chen fue llamado al orden por Washington, y Beijing, por su parte, aprobó la ley Anti-Secesión (2005) definiendo su respuesta ante una hipotética declaración de independencia de Taiwán.
Tras una década de tensiones con China que desgastaron a la sociedad, el rumbo de la política taiwanesa cambió en el 2008 con la llegada de Ma Ying Jeou a la presidencia. En el marco de las relaciones a través del Estrecho, Taipéi se encontraba abiertamente en una posición de debilidad estratégica frente a Beijing. La administración Ma buscó fórmulas para construir equilibrios en el Estrecho desde la asimetría. A diferencia de Chen, la política de Ma estuvo basada en el Consenso de 1992 y el principio de “una sola China”, apostando por la integración económica como defensa del statu quo y favorecer el crecimiento económico en un contexto de crisis económica. Este enfoque contó con el apoyo de todos los países occidentales con intereses en la región, y la cumbre en Singapur entre Ma Ying Jeou y Xi Jinping (2015) se definió internacionalmente como un hito histórico en las relaciones a través del Estrecho.
En el plano interno, Ma fue severamente criticado por su política de integración económica con China continental aunque lo cierto es que, en un contexto de crisis económica y fuerte interdependencia económica global, no tuvo demasiadas alternativas. En cualquier caso, el movimiento independentista consiguió capitalizar el descontento socioeconómico existente –cuya manifestación más evidente fue el Movimiento de los Girasoles (2014)– y logró imponerse en las presidenciales del 2016.

¿Negar el Consenso de 1992?

La figura y las políticas de la presidenta Tsai Ingwen reflejan muy bien las contradicciones identitarias de la política taiwanesa. Tras jurar su cargo como presidenta ante la imagen de Sun Yat Sen, considerado el padre de la China moderna, Tsai no esperó ni a los primeros cien días para negar la existencia del Consenso de 1992. En paralelo, ha venido subrayando el compromiso de su Gobierno con el mantenimiento del statu quo. Esta contradicción ha sido señalada por distintos observadores como un peligro para la estabilidad en el Estrecho. Por supuesto, Beijing no tardó en reaccionar, y Taiwán ha visto recortado su margen de maniobra internacional.
A diferencia de Chen Shui Bian, Tsai cuenta con un contexto favorable para una acción exterior beligerante en torno a la identidad e independencia de Taiwán. La confrontación entre EE.UU. y China le ha permitido dar un salto hacia adelante que ignora el equilibrio de poder real en el Estrecho. Al compás de la política de la Casa Blanca en la región, Tsai está jugando a convertir Taiwán en un triunfo de Washington en su partida con Beijing. Confiada en la ayuda militar de EE.UU. parece olvidar que, el amigo americano, puede –como ya ocurrió en 1971– sacrificar a los aliados.
La participación de Tsai en las recientes elecciones locales estuvo enfocada hacia un discurso de confrontación con China que parece ignorar el peso de las cuestiones materiales. Recibió un fuerte varapalo del electorado. Los resultados locales no tienen por qué trasladarse a las presidenciales. Sin embargo, será clave para la región la gestión que la próxima Administración haga de algunas de las políticas puestas en marcha por Tsai en relación con China. Desde el otro lado miran con atención, sin saber qué hacer para seducir a una nueva generación de taiwaneses cuya conexión, con China continental, se difumina con el tiempo.

Andrés Herrera Feligreras, Universidad Pública de Navarra. Ferran Pérez Mena, Fundación Qili Fundazioa.

  

Por qué se desvanece el Taiwán que China quiere.
China mira las elecciones en Taiwán.

Author,Rupert Wingfield-Hayes
Role,BBC News, Taiwán
12 enero 2024

Hubo un tiempo en que la sonrisa benéfica de un dictador daba la bienvenida en cada rincón de Taiwán. Es mucho más raro verla ahora que esas 40.000 representaciones están siendo retiradas.
Unas 200 esculturas han sido escondidas en un parque de la rivera al sur de Taipei. Ahí, el Generalísimo Chiang Kai-shek está de pie, sentado, con uniforme de mariscal, con toga, con un pie de cada ldo de un caballo, rodeado de niños que lo adoran y, en su madurez, apoyado en un bastón.
El Taiwán democrático ya no está tan de acuerdo con darle lugar a su antiguo líder. La pujante identidad de la isla volvió a ponerse a prueba este sábado, cuando Taiwán eligió un nuevo gobierno.
Y con cada elección, a China le preocupa cada vez más la reivindicación de la consolidación de una identidad taiwanesa, que frustra las posibilidades de lo que llaman una "reunificación pacífica" con el continente.

El momento de la división.

Chiang Kai-shek huyó de China en 1949, escapando de la inminente derrota en la guerra civil en manos de las fuerzas comunistas de Mao Zedong. Al llegar a Taiwán, el lugar se convirtió en la República de China y así sigue siendo hasta el día de hoy.
La China continental gobernada por Mao y el Partido Comunista Chino se convirtió en la República Popular China. Ambos reclamaban el territorio del otro, pero ni Chiang ni Mao entienden a Taiwán como un lugar separado con una sociedad divida. Pero en eso se ha convertido.
El recuerdo de Chiang Kai-shek en Taiwán.

A diferencia de Taiwán, las demandas de China nunca disminuyeron. Pero casi todo lo demás ha cambiado a ambos lados del estrecho de 160 kilómetros de ancho.
China se ha vuelto más rica, más fuerte y una amenaza inconfundible. Taiwán se ha convertido en una democracia. En medio de unas nuevas elecciones, Taiwán pone a prueba sus lazos con Pekín.
Más allá del resultado de la votación del sábado, la libertad de Taiwán es un peligro para las esperanzas de unificación del Partido Comunista Chino. Todavía hay personas como Chiang que se ven a sí mismos como chinos, que miran a China con admiración e incluso nostalgia.
En el otro lado están los que se sienten profundamente taiwaneses. Ellos ven a Pekín como otra potencia extranjera colonizadora. También hay unas 600.000 personas originarias de esa isla y cuya ascendencia allí se remonta a miles de años atrás.
A su vez, hay una generación más joven, ambivalente, que desconfía de las cuestiones de identidad. Ellos se sienten taiwaneses, pero no ven la necesidad de que Taiwán declare la independencia. Desean la paz con China, quieren hacer negocios con ella, pero no quieren formar parte de ella.

El Kuomintang.

"Yo soy taiwanesa, pero creo en la República de China", dice una mujer de unos 50 años, envuelta en una guirnalda y luces navideñas al estilo de Elton John.
Es una respuesta poco común en un acto de campaña del Kuomintang (KMT), el partido que Chiang dirigió hasta su muerte en 1975. Y éste es su corazón, la localidad de Taoyuan, donde decenas de miles de personas han ido a ver a su candidato presidencial Ho You-ih.
El KMT propone la paz y el diálogo con el Partido Comunista Chino (PCCh), su antigua némesis.

"Taiwán solo puede prosperar si dialoga con Pekín", dice la mujer cuyo nombre es imposible oír por encima del ensordecedor rock patriótico.
"Deberíamos ser amigos del continente. ¡Podemos ganar dinero juntos!".
El público explota en aplausos cuando sube al escenario Chiang Wan-an, el bisnieto de Chiang Kai-shek y estrella emergente del KMT. 
"Me gusta mucho, es muy lindo", dice la mujer de la guirnalda. 
"Espero que algún día sea presidente".
La multitud está compuesta en su inmensa mayoría por personas de entre 50 y 60 años, partidarios tradicionales del KMT, con lazos familiares o comerciales con China continental.
"Yo soy chino. Taiwán es sólo una pequeña isla. Mira China", dice un hombre de unos 50 años entusiasmado con los recientes lanzamientos espaciales chinos. 
"Por supuesto que deberíamos reunificarnos; quizá no ahora, pero algún día debemos hacerlo".
Hay pocos jóvenes entre la multitud y los que están no parecen sentirse atraídos por el legado del KMT. "No voto al partido, votó al candidato", dice Lin Chen-ze. 
"Me siento taiwanés, pero quiero la paz. El Partido Democrático Progresista [gobernante] lleva ocho años en el poder. Es hora de un cambio y Hou Yu-ih es un buen hombre, es honesto y eficiente".
Las respuestas a la pregunta de si se consideran chino o taiwanés, que se hace hace décadas, se vuelven confusas. Para Pekín eso es alarmante. Pero para los partidos políticos taiwaneses se trata de una nueva y delicada danza, en la que las certezas ideológicas están siendo silenciosamente archivadas.

El recuerdo de Mao.

"No está bien lo que han hecho con estas estatuas", dice Fan Hsun-chung, un avispado veterano de 94 años, mientras pasea por el parque lleno de estatuas de Chiang.
Fan tenía 18 años en 1947 cuando abandonó su hogar en Sichuan, en lo más profundo de las montañas del suroeste de China, para sumarse a las filas del ejército de Chiang.
A principios de 1949, cuando la guerra civil china se volvió dramáticamente en su contra, la unidad del ejército a la que pertenecía Fan fue enviada a Taiwán para preparar la isla como bastión.
Fan Hsun-chung quiere una China unificada.

Seis meses después, Chiang, su gobierno y el ejército de cerca de un millón de hombres estaban derrotados. Fan pensó que pronto volvería a casa. Pero después de que Mao tomó el poder, no pudo volver, ni siquiera escribirles a sus familiares. 
"Así que esperé y esperé, durante décadas".
No volvió a su ciudad natal hasta 1990. Para entonces, su familia llevaba mucho tiempo muerta, varios de ellos habían sido perseguidos por el Partido Comunista porque sus acciones habían sido consideradas "contrarrevolucionarias".
Las madre y el hermano mayor de Fan murieron de hambre durante la campaña de industrialización de Mao, que desencadenó una hambruna.
A pesar de sus siete décadas en Taiwán, Fan dice que nunca dejó de sentirse chino: 
"Cuando vinimos aquí nuestro país no dejó de existir; seguimos siendo la República de China. Taiwán es una provincia, una de las más pequeñas de más de 30 provincias".
No muy lejos de aquí es donde descansa el cuerpo de Chiang: dentro de un sarcófago de mármol negro, aún sin sepultura, casi medio siglo después de su muerte. "Luchábamos por la unificación de China", dice Fan.
  "Queríamos que China fuera fuerte, unificada e independiente. Ése era nuestro sueño".
Para Chiang, Taiwán era solo el lugar desde donde pelear por sus sueños de conquistar China. Puede que el hombre y su sueño hayan muerto hace tiempo, pero su huella sigue presente.

El presente de Tapei

Por las calles de Taipei, uno se encuentra rodeado de nombres de una época pasada en China: Nanjing East Road, Bei-ping North Road, Chang-an West Road. El idioma utilizado en la educación y el comercio es el mandarín, un dialecto del norte de China.
Taipei es una ciudad de fideos de trigo y dumplings, de nuevo, comida norteña. También abundan los excelentes restaurantes shanghainés: un legado del éxodo de gran parte de la élite empresarial de aquella ciudad cuando los comunistas tomaron el poder.
Pero, el legado de Chiang tuvo un costo enorme. Cualquier expresión de identidad política taiwanesa fue aplastada sin piedad. Muchos miles de personas fueron torturadas, encarceladas y ejecutadas bajo el régimen de Chiang, cuyo culto a la personalidad competía con el de Mao, Stalin o Kim Il Sung.
Esta etapa quedó en los libros de historia como el Terror Blanco.

Taipei mantiene la influencia del norte de China.

El KMT y el PCCh son "como gemelos idénticos con la misma mentalidad", afirma John Chen, activista político de 86 años.
 "Ambos tienen la idea de que todos formamos parte de la Gran China".
Chen camina por el bloque de celdas de un antiguo centro de detención militar en la zona sur de Taipei, un lugar que conoce demasiado bien. En 1969, un tribunal militar lo juzgó y quedó detenido aquí. Llevaba casado tres semanas.
Los 10 años siguientes los pasó en Jing Mei, una de las prisiones más temidas de Taipei. Su delito no era otro que haber participado en un grupo independentista pro Taiwán mientras estudiaba medicina en Japón.
Compartía la estrecha celda con otros seis detenidos. No tenían cama, solo un retrete en un rincón, un grifo y un cubo para lavarse. Pasaban calor en verano y frío en invierno, solo se les permitía salir a hacer ejercicio 15 minutos al día.
Chen nació bajo el dominio japonés, habla japonés con fluidez y admite sentirse más cerca de las costumbres de Japón que con las de China continental.
Afirma: 
"No me considero chino. Soy taiwanés".
Chen es uno de los muchos millones -la mayoría de la isla- cuyas familias emigraron de China. En su mayoría procedentes de Fujian, una provincia del sureste de China, hablan taiwanés, una versión del dialecto del sur de Fujian, tan diferente del mandarín como el inglés del portugués.

Para él, "Taiwán ya es independiente" y el futuro es brillante.
 "Un día el Partido Comunista Chino se derrumbará. Y cuando lo haga, podremos unirnos plenamente a la comunidad internacional".
Chen Rechaza las afirmaciones de Pekín de que Taiwán forma parte de China porque comparten una cultura y una lengua comunes.
 "¿Dónde deja eso al Tíbet y Xinjiang? Y si la nación china se basa en ser chino o hablar chino, ¿qué pasa con Singapur?".
Las nuevas generaciones.

La era del régimen militar terminó hace tiempo y en todo Taiwán hay monumentos que recuerdan el Terror Blanco.
Pero algunos creen que las insistentes declaraciones de Pekín están haciendo que una generación más joven e irritada reconsidere cómo se ve a sí misma.
Lōa Ēng-hôa empezó a aprender taiwanés hace unos cinco años. Ahora sólo habla en taiwanés e inglés pero se niega a hablar en mandarín. Para él esa es la lengua de un opresor colonial, que compara cuando los británicos fueron obligados a hablar italiano porque Inglaterra eran parte del Imperio Romano.
"Cuando estaba en la escuela primaria, nos reuníamos cada mañana y cantábamos el himno nacional [de la República de China]. Y siempre había algunos alumnos vagos que no se molestaban en cantar. Yo les gritaba: '¡es que no quieres a tu país! Realmente me creía chino".
Lōa Ēng-hôa dice que solo cuando fue a trabajar a Australia, al tener que enfrentar su complicada historia, empezó a despertar su identidad. Bajo el gobierno del KMT, a los estudiantes se les prohibía hablar taiwanés y recibían un castigo si lo hacían. Los padres taiwaneses obligaban a sus hijos a hablar mandarín, incluso en casa, creyendo que así accederán a la universidad o encontrarían un buen trabajo. Lōa dice que aunque el taiwanés no esté prohibido persiste el "dominio ideológico" del mandarín. 
"Y lo más importante es que se nos sigue negando el derecho a ser educados en taiwanés: el 80% de la gente es étnicamente taiwanesa, pero no tenemos derecho a ser educados en nuestra propia lengua. ¿No es ridículo?".
Para los jóvenes como él, el Partido Democrático Progresista (PPD) en el gobierno, que alguna vez pidió la independencia de Taiwán y cuyo éxito surgió del sentimiento anti-Pekín, no está yendo lo suficientemente lejos.
El PPD fue alguna vez un grupo heterogéneo que luchó por ganar elecciones locales y escaños parlamentarios. El taiwanés fue el idioma de sus actos de campaña. Ahora es el partido de poder que gobernó por16 años, incluidos los últimos ocho.
Ahora sus jóvenes simpatizantes hablan inglés con fluidez y se apasionan por el medio ambiente y los derechos LGBTQ, más que por cualquier necesidad urgente de independencia formal de Taiwán.
En un acto de campaña reciente en Taipei, la joven y carismática candidata a la vicepresidencia del partido, Hsiao Bi-khim, pronunció su primer gran discurso público con gran éxito mientras que en Pekín la detestan.
Nacida en Japón, de madre estadounidense y padre taiwanés, Hsiao ha sido embajadora en los hechos de Taiwán en Estados Unidos. Los medios de comunicación estatales chinos se han dedicado a difundir rumores de que apenas sabe hablar mandarín, lo cual es falso. Pero China teme el ascenso de políticos como Hsiao, que apenas tienen lazos familiares con el continente y ven a Taiwán más cerca de Tokio y Washington que de Pekín.

Ascendencia taiwanesa.

Estas son las primeras elecciones en las que los tres candidatos presidenciales son de ascendencia taiwanesa. Ninguno viene de familias que llegaron a Taiwán con Chiang en 1949. Hou, del KMT, es hijo de un comerciante del sur de Taiwán que ascendió en la policía hasta dirigir la Oficina Nacional de Investigación.
El PPD ya no habla de la necesidad de una independencia formal y el KMT habla de diálogo con Pekín, pero elude el tema de la unificación o de si Taiwán forma parte de China. Ambos abrazan ahora el peculiar "statu quo" de Taiwán: elige a sus propios dirigentes, pero no es considerado un país.
En el mitin del KMT, la mujer de la guirnalda lo resumió sin vueltas:
 "Esta es la montaña que nos protege. Sin el estado de República de China, Taiwán está acabado. Taiwán no puede ser independiente. La independencia significa la guerra"
Esto es lo que los expertos llaman "ambigüedad estratégica". Hasta ahora ha satisfecho a todos, incluido Pekín. Pero no es así como la gente define quiénes son.
"Hoy todos somos taiwaneses, independientemente de la procedencia de nuestros abuelos. Nos casamos entre nosotros y mezclamos taiwanés y mandarín cuando hablamos entre nosotros", dice un grupo de excursionistas en un sendero cerca de Taipei.
Cuando viajan al extranjero, dicen que son de Taiwán.
 "No queremos que la gente piense que somos de China".
Eso es un problema para Pekín, porque ellos están decidiendo lo que quieren ser.
Y eso va en contra del mensaje del PCCh: una China unificada bajo el gobierno del Partido Comunista. Es un mensaje que se ha transmitido a tibetanos, uigures, mongoles... y a Hong Kong. El PPD ha estado en el poder durante ocho años; solía tener dificultades para ganar las elecciones locales.
No todo el mundo se siente taiwanés, o exclusivamente taiwanés, pero cada vez más jóvenes parecen inclinarse de esta manera, sugieren las encuestas.
Incluso en este nuevo Taiwán, el apellido de Chiang cuenta. Muchos aquí dicen que les gustaría ver que el KMT postulara a su bisnieto en 2028. Y Hsiao ha sido promocionado como un contendiente para el PPD.
Cualquiera de los dos podría ganar, pero el desafío para China es que los taiwaneses decidan. Los votantes jóvenes dicen que lo único que les importa es la paz:
 "Tengo dos hermanos menores y me preocupa mucho que acaben peleando en una guerra con China", dice Shen Lu, de 21 años, en el mitin del KMT.
Al igual que sus aliados más poderosos, pocos taiwaneses hablan de independencia porque eso parece poco práctico, incluso imposible. Pero la paz se ha convertido en un estribillo para conservar lo que tienen, como quieran llamarlo.
"Soy taiwanés, pero lo más importante para mi generación es la paz", dice Shen. "No quiero la unificación. Quiero que la situación siga como está ahora. Deberíamos mantenerla así para siempre".

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