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jueves, 4 de agosto de 2016

318.-JOHN DRYDEN: Obras literarias; Calígrafo judío. a.-



The fables (1797)

Anllela camila hormazabal moya

Anllela camila hormazabal moya


Título: The fables of John Dryden / ornamented with engravings from the pencil of the rifht hon. Lady Diana Beauclerc.
Publicación: London: printed by T. Bensley, for J. Edwards, nº 77, and E. Harding, nº 98, Pall Mall, 1797.

Descripción: XVIII, 241 p. ; grabados ; in folio. Encuadernación en cartón forrado de papel verde, lomo rojo. Filigrana de J. Whatman y hojas de guarda con filigrana de Stacey Wise. Mal estado de la encuadernación.

Contiene: Palamon and Arcite: or The knight’s tale in three books ; Sigismonda and Guiscardo  ; The cock ande the fox: or The tale of the nun’s priest ; Theodore and Honoria ; The flower and the leaf: or The lady in the Arbour. A vision ; The wife of baths tale ; Cymon and Iphigenia.

Idioma: inglés.

Notas: Contiene ex libris pegado en la contracubierta de William Borrer y nombre manuscrito de Emma Jane Hocker en la portada.
John Dryden vive en  una época de cambios políticos, sociales, religiosos y científicos. Es la época de la Restauración Inglesa con Carlos II, de la lucha entre anglicanos (católicos) y puritanos (protestantes). También es la época de la revolución científica,  cuando se asientan las bases de la ciencia moderna basada en el empirismo y racionalismo en contraposición a la especulación y la deducción característica de la Edad Media.
Destaca junto a su primo Jonathan Swift (1667-1745) y Alexander Pope (1688-1744) por sus composiciones satíricas que hacían referencia a las acontecimientos políticos y sociales de la época.
Asímismo, fueron John Dryden y Alexander Pope, en verso,  junto a Jonathan Swift y Josehp Addison, en prosa, los principales escritores de la “Epoca de Augusto”, llamada así por la imitación a los escritores de esta época.
Entre sus obras satíricas figuran: An Essay upon Satire (1679), Absalom and Achitophel (1681), The Medal (1682) y MacFlecknoe (1682).
Destacó como crítico literario y traductor al inglés de las obras de Virgilio, Bocaccio, Ovidio y Chaucer. La Fábulas, en verso, son una paráfrasis de obras de estos autores.
De Geoffry Chaucer  (1340 – 1400) tomó los cuentos:  The Wife of Bath’s Tale; Palamón y Arcite or de knight’s tale ; Cock and the fox or the tale of the nun’s priest, incluidos en su obra los Cuentos de Canterbury, considerada la mejor obra escrita durante la Edad Media, de Giovanni Boccaccio (1313 – 1375): Sigismonda y Guiscardo; Theodore y Honoria ; Cymon and Iphigenia ; y finalmente su fábula Flower and the leaf or de Lady in the arbour: a visión, versión modernizada de THe flower and the Leaf, atribuida en ese momento erróneamente Chaucer siendo su autoría en realidad anónima.
Winifred Ernst, en su ensayo Marriage, Force, and Alternatives to Force in John Dryden’s Fables explíca como John Dryden vincula las historias de sus fábulas sobre el amor, matrimonio, bodas con conceptos como la persuasión, la fuerza, en representación de los acontecimientos políticos de la época.
Destacan  los grabados calcográficos realizados a partir de los dibujos de Lady Diana Beauclerc (1734-1808).

 


Biografía


John Dryden (Aldwinkle, Northamptonshire 9 de agosto de 1631 - 12 de mayo de 1700) fue un influyente poeta, crítico literario y dramaturgo inglés, que dominó la vida literaria en la Inglaterra de la Restauración inglesa hasta tal punto que llegó a ser conocida como la Época de Dryden.

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Dryden nació en la rectoría del pueblo de Aldwinkle cerca de Oundle en Northamptonshire, donde su abuelo materno era “rector de todos los santos”. Era el mayor de catorce hijos nacidos de Erasmus y Mary Dryden, aristocracia terrateniente puritana que apoyó al Parlamento. De joven, vivió en la aldea cercana de Titchmarsh donde es probable que recibiera su primera educación. En 1644 fue enviado a la Westminster School como alumno del rey, donde su director fue el Dr. Richard Busby, un maestro carismático y disciplinador severo. Refundado recientemente por Isabel I, Westminster significaba un espíritu religioso y político muy diferente, apoyando la monarquía y el alto anglicanismo, sin haber recibido aún la influencia moderadora del contemporáneo de Dryden, John Locke. Con independencia de su actitud personal hacia este entorno, Dryden respetaba a su director, y más tarde envió a dos de sus hijos a Westminster. Muchos años después de su muerte se fundó en Westminster una casa en su nombre.
Como una escuela primaria humanista, Westminster mantuvo un currículo que enseñaba a los alumnos el arte de la retórica y de buscar argumentos para los dos aspectos de cualquier discusión. Dryden conservó esta habilidad, influyendo en su forma de escribir y de pensar. También debían traducir semanalmente, lo que desarrolló la capacidad de Dryden para la asimilación y se mostró también en su obra posterior. En estos años publicó su primer poema, una elegía de fuerte sentimiento monárquico sobre la muerte, por causa de la viruela, de su compañero Henry, Lord Hastings, en la que alude a la ejecución del rey Carlos I, ocurrida el 30 de enero de 1649.
En 1650 Dryden acudió a Trinity College, Cambridge donde regresó al ambiente religioso y político de su infancia. Era profesor del Trinity un predicador puritano llamado Thomas Hill que había sido rector en el pueblo natal de Dryden.2 Aunque no se sabe mucho de estos años de formación, debió seguir el currículo estándar de clásicos, retórica, y matemáticas. En 1654 se graduó el primero de la lista del Trinity. En junio de ese mismo año murió su padre, quien le dejó algo de tierra, que generaba unos ingresos pequeños, insuficientes para vivir de ellos.
Al llegar a Londres durante el Protectorado, obtuvo trabajo con el Secretario de Estado de Cromwell, John Thurloe. Este cargo pudo ser resultado de la influencia ejercida por el Lord Chambelán, Sir Gilbert Pickering, primo de Dryden. Dryden estaba presente el 23 de noviembre de 1658 en el funeral de Cromwell, donde marchó en procesión con los poetas puritanos, John Milton y Andrew Marvell. Justo después publicó su primer poema importante, Heroique Stanzas (1658), un elogio a la muerte de Cromwell que es cauta y prudente en sus muestras de emoción. En 1660 celebró la Restauración de la monarquía y el regreso de Carlos II con Astraea Redux, un auténtico panegírico monárquico. En esta obra el interregno se representa como un tiempo de anarquía, y Carlos es visto como el restaurador de la paz y el orden.
Después de la restauración, Dryden se estableció rápidamente como el poeta y crítico literario del momento, y puso su lealtad al servicio del nuevo gobierno. Además de Astraea Redux, dio la bienvenida al nuevo régimen con otros dos panegíricos: To His Sacred Majesty: A Panegyric on his Coronation (1662), y To My Lord Chancellor (1662). Estos poemas sugieren que Dryden buscaba encontrar algún patrón, pero en lugar de conseguir vivir escribiendo para la aristocracia, lo hizo escribiendo para los impresores, en último término, para el público lector. Estos, y sus otros poemas no dramáticos, son esporádicos, dedicados a celebrar acontecimientos públicos. De esta manera, se escriben más para la nación que para el individuo, pues el Poeta Laureado (que es en lo que se convirtió después), está obligado a escribir varios por año.4 En noviembre de 1662 fue propuesto como miembro de la Royal Society, lo cual consiguió, pero no desarrolló ninguna actividad en asuntos de la sociedad y, finalmente, lo expulsaron en 1666 por no pagar sus cuotas.

El 1 de diciembre de 1663 Dryden se casó con la hermana monárquica de Sir Robert Howard -- Lady Elizabeth. En sus obras, a veces se encuentran ataques contra el estado matrimonial, pero en otros momentos lo festeja por lo que, en definitiva, poco se sabe del aspecto íntimo de este matrimonio. Lady Elizabeth le dio tres hijos y lo sobrevivió.

Con la reapertura de los teatros después de la prohibición puritana, Dryden se dedicó a componer obras dramáticas. La primera de ellas, The Wild Gallant apareció en 1663 y no tuvo éxito, pero sí posteriormente, y desde 1668 en adelante fue contratado para producir tres obras al año para la Compañía del Rey, de la que se hizo accionista. Durante la década de 1660 y 1670 el teatro fue su principal fuente de ingresos. Marcó el estilo para la comedia de la Restauración, con obras que incluyen algunos de sus poemas líricos más exquisitos. Su trabajo más conocido dentro del género de la comedia de la Restauración es Marriage à la Mode (1672).

También se dedicó al “drama heroico” y otras obras dramáticas, siendo su mayor éxito en este campo All For Love (Todo por el amor, 1678). Considera Ifor Evans que el único hecho notable del drama heroico del la época de la Restauración es el que Dryden le dedicaría sus mejores talentos, lamentando que un escritor tan admirable estuviera limitado por tan pobre temática. Dryden nunca estuvo satisfecho de sus obras teatrales, y con frecuencia sugería que su talento se malgastaba con un público que no lo merecía.
Trató de conseguir fama poética fuera de la escena, pues abrigaba, “como primera ambición en tanto que artista el construir buenas poesías”. En 1667, al tiempo que empezaba su carrera dramática, publicó Annus Mirabilis, un largo poema histórico sobre los acontecimientos de 1666: la derrota inglesa frente a la armada holandesa y el gran incendio de Londres; “se trata de un rasgo muy poco usual el de convertir hechos contemporáneos en poesía casi de manera inmediata”. Era épica moderna, en cuartetos pentámetros, que lo establecieron como el poeta preeminente de su generación, y fue decisivo para obtener el puesto de "Poeta Laureado" (1668) e historiador real (1670).
Cuando la gran plaga cerró los teatros en 1665 Dryden se retiró a Wiltshire, donde escribió Of Dramatic Poesy (1668), sin duda alguna el mejor de sus nada sistemáticos prefacios y ensayos, que tenían como modelo los de Corneille.7 Dryden constantemente defendió su propia práctica literaria. Este Ensayo sobre Poesía dramática, la primera y más larga de sus obras críticas, adopta la forma de una conversación entre cuatro personajes, cada uno de ellos basado en un destacado contemporáneo, con el propio Dryden como ‘Neander’, debatiendo los méritos del drama clásico, del francés y del inglés. En la mayor parte de sus obras críticas se muestra el trabajo de un escritor independiente que siente profundamente sus propias ideas, ideas que demuestran la increíble amplitud de sus lecturas. Sentía profundamente la relación del poeta con la tradición y el proceso creativo, y su mejor obra heroica, Aureng-Zebe (1675) tiene un prólogo que denuncia el uso de la rima en el drama serio. Su obra All for Love (1678), que siguió a Aureng-Zebe, estaba escrita en versos blancos.
Los mayores logros de Dryden se produjeron con la poesía satírica: el heroico-burlesco MacFlecknoe, un producto más personal de sus años como Laureado, era una sátira que circuló en manuscrito y un ataque al dramaturgo Thomas Shadwell. No es una forma despreciativa de sátira, sino una que engrandece su objeto de manera inesperada, haciendo de lo ridículo poesía.8 Este tipo de sátira política continuó con Absalom and Achitophel (Absalón y Aquitofel, 1681) y The Medal (La medalla, 1682). En la primera de ellas, “relata la política intrigante de Shaftesbury y la deslealtad de Monmouth, creando así la mejor de sus sátiras”. Sus otras obras principales durante este período fueron los poemas religiosos Religio Laici (1682), escrito desde la perspectiva de un miembro de la Iglesia de Inglaterra; su edición de 1683 de Plutarchs Lives Translated From the Greek by Several Hands en la que él presentó la palabra biografía a los lectores ingleses; y The Hind and the Panther, (1687) que celebra su conversión al catolicismo romano.
Con la deposición del rey Jaime en 1688, quedó sin apoyos en la corte. Thomas Shadwell lo sucedió como poeta laureado, y se vio forzado a dejar sus cargos públicos y vivir de la pluma. Dryden tradujo obras de Horacio, Juvenal, Ovidio, Lucrecio y Teócrito, una tarea que encontraba más satisfactoria que escribir obras para la escena. En 1694 empezó a trabajar en lo que sería su más ambiciosa obra como traductor: The Works of Virgil (1697), que fue publicado por suscripción. La publicación de la traducción de Virgilio fue un acontecimiento nacional y le reportó la suma de ₤1,400. Sus últimas traducciones aparecieron en el volumen Fables Ancient and Modern (1700), una serie de episodios de Homero, Ovidio, y Boccaccio, así como adaptaciones modernas de Geoffrey Chaucer intercaladas con poemas propios. El Preface to the Fables (1700), se considera la más comprometida y mejor de sus obras críticas, y uno de los mejores ensayos en inglés. Como crítico y traductor fue esencial para hacer accesible al público lector inglés obras literarias en lenguas clásicas.
Dryden murió en 1700 y se encuentra enterrado en la Abadía de Westminster. La influencia de Dryden como poeta fue inmensa en su propia época, y la profunda pérdida que representaba para la literatura inglesa se evidencia en las elegías que inspiró a su muerte. Su poesía, patriótica, religiosa y satírico-política, popularizó un tipo de verso endecasílabo que será el preferido del siglo XVIII, pues fue tomada como modelo por poetas como Alexander Pope y Samuel Johnson. En el siglo XIX su reputación decreció, y aún debe recobrarse por entero fuera de los círculos especializados. Uno de sus mayores defensores, T.S. Eliot, escribió que él fue ‘el antecesor de casi todo lo que es mejor en la poesía del siglo XVIII’, y que ‘no podemos disfrutar plenamente ni valorar adecuadamente un siglo de poesía inglesa salvo que sepamos disfrutar plenamente a Dryde.

 

Palamon and arcite: or The knight’s tale

Los caballeros Palamon y Arcite son primos y se han jurado lealtad de hermanos hasta la muerte. Son encarcelados, pero un día a través de la ventana ven a Emilia. Ambos se enamoran perdidamente de ella, lo que pondrá en peligro sus lazos de amistad y lealtad.
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Theodore and Honoria from Boccace

Theodore (Nastagio en el cuento de Boccaccio), amando a Honoria, trata de conquistarla con sus riquezas, pero las gasta sin ser correspondido. Su familia le pide que se vaya a otra ciudad, allí ve a un caballero que da caza a una joven, la mata y la devoran los perros. Invita a sus parientes y amada a un almuerzo, y ella ve como los perros descuartizan a esa joven, temiendo que le suceda lo mismo toma por marido a Theodore.

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Sigismonda and Guiscardo from Boccace

El padre de Sigismonda, contrario al amor que ella siente por su escudero Guiscardo, le mata y envía a su hija el corazón de su amado en una copa de oro. Tras lo cual ella toma veneno y muere. El padre arrepentido ordena enterrar a ambos en la misma tumba.
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The cock and the fox: or The tale of the nun’s priest from Chaucer

En el gallinero de una viuda pobre, el gallo Chanticleer vive con siete gallinas, siendo una de ellas la favorita. Chanticleer preocupado por un sueño en el que era capturado por una bestia extraña, se lo comenta a la gallina. Ésta le dice que no se preocupe y que se olvide del sueño, pero un día aparece un zorro. El gallo en un principio es cauteloso pero dejándose convencer por la adulación del zorro, es apresado por este. Finalmente el gallo se libera pero ha aprendido la lección: no confiar en los aduladores.

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The flower and the leaf or the lady in the arbour. A vision

Poema alegórico.

La historia transcurre durante la primavera, la narradora paseando por el bosque ve un grupo de damas y caballeros en un cenador, vestidos unos con guirnaldas de hojas y otros con guirnaldas de flores. Les observa como bailan, hablan…finalmente pregunta qué significan las hojas y las flores, a lo cual le responden que la hoja representa la castidad y virginidad y las flores el amor ocioso. Tras la explicación le preguntan cual elegiría ella…

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The wife of bath’s tale

Relato de una esposa que ha tenido cinco maridos. A través de su experiencia expresa sus opiniones sobre cómo las mujeres ejercen el poder y control sobre sus maridos, así como su libre interpretación de la Biblia.

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Cymon and Iphigenia

Cymon era un hombre bello pero para su padre era una desgracia porque a pesar de su belleza era torpe y no muy inteligente. Perdida la esperanza es enviado al campo junto a los campesinos. Allí conoce a Iphigenia, la rapta y es hecho prisionero. Lísímico le libera, tras lo cual rapta de nuevo a Iphigenia con la que finalmente se casa. El amor le hizo sabio.

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Frases escogidas

El hogar debe ser el refugio sagrado de la vida.
Los errores, como las briznas, se pierden en el mundo; si quieres buscar perlas, tienes que ir muy profundo.
Esta es la porcelana de arcilla de la humanidad.
El amor es la más noble flaqueza del espíritu.

La locura es un cierto placer que solo el loco conoce.
Solo el hombre obstaculiza la felicidad destruyendo lo que en realidad pudiera ser.
Dolores de amor son mucho más dulces que todos los demás placeres.
Todos los imperios no son más que el poder en la confianza.

Grande fue su riqueza, pero más grande era su corazón.
Ella no siente el peligro, porque no conoce el pecado.
Estoy un poco lastimado, pero no estoy muerto. Me recostaré para sangrar un rato. Luego me levantaré a pelear de nuevo.

Toda la felicidad que la Humanidad puede alcanzar está no en el placer, sino en el descanso del dolor.
El amor es la más noble flaqueza del espíritu.


Itsukushima Shrine.

Cómo es la tarea de los escribas del siglo XXI: un oficio sagrado y milenario en la era digital.

Expertos en caligrafía y letras hebreas, copian a mano rollos de la Torá; se calcula que son una veintena en nuestro país, aunque no todos están en actividad; con la pandemia “fue un boom: mucha gente dio un giro hacia la espiritualidad”, dicen.

6 de julio de 2021
10:58
Cecilia Martínez
LA NACION

Mendy Yanklewicz es rabino y escriba; antes, se dedicó a la restauración de libros de la Torá.

Pluma, tintero y pergamino. Luz eléctrica en lugar de la vela y un oficio milenario, basado en la escritura manual, que la tradición judía ha mantenido vivo más allá de la imprenta y la impresión digital: escribas en el siglo XXI.

En la antigüedad, un escriba era la persona encargada de copiar o pasar en limpio a mano escritos ajenos. Entre los hebreos, esta figura es también docta e intérprete de la ley divina. Ambas condiciones están presentes en los escribas que todavía hoy reproducen textos sagrados en Argentina. En total, rondan la veintena, aunque no todos se encuentran en actividad.

El escriba judío o sofer (en hebreo; sofrim, en plural) es un experto en caligrafía y normas específicas de escritura relacionadas con las formas y el trazado de las letras hebreas. Está habilitado para transcribir la Torá y textos religiosos como los utilizados en la filacteria: el tefilín, que son las cajitas que albergan pasajes de las escrituras y que se colocan sobre brazos y cabeza los varones mayores de 13 años para los rezos, y, entre otros, la mezuzá (en plura, mezuzot), objeto de protección o amuleto que se coloca envuelto, también dentro de una caja, en el marco derecho de las puertas de las casas (a excepción de los baños).
Una mayoría de los sofrim locales se forma en Israel, donde se otorgan los títulos oficiales válidos en todo el mundo. En la ortodoxia, no hay mujeres escribas por argumentaciones de “purificación ritual”
Mendy Yanklewicz: “La pluma debe ser de pavo; la tinta, vegetal, y el cuero, vacuno”

Mendy Yanklewicz es rabino en el Hogar LeDor VaDor, integrante de la Fundación Jabad Lubavitch y escriba especializado actualmente en mezuzá y tefilín. Durante una época, se dedicó a la restauración de libros de la Torá. 
“La labor del escriba siempre es la copia de las escrituras de la Torá, partes bíblicas, una tradición escrita de copia de lo anterior. Sofer viene de la palabra mispar, que significa número, porque en su trabajo hay que contar si el texto tiene una letra de más o de menos, y si están bien. Sería un contador”, explica el experto.
Las normas de escritura varían entre las distintas comunidades judías y hay varias caligrafías para cada artículo religioso, que depende de dónde estuvo el judío por su paso diaspórico.

“La letra en hebreo asirio tiene diferentes interpretaciones en relación a cómo escribirlo. Yo me especializo en la escritura cabalística, parte mística de la Torá”, explica Mendy, que es uno de los principales referentes de su comunidad.
Aficionado al dibujo desde chico, trabaja sobre un tablero inclinado o una mesa. Asume la labor, como sus colegas, como un ritual. Frente al tintero y sobre el cuero preparado para recibir la tinta (si tiene algo de pelo, se lo lija para emparejarlo), pronuncia una frase en hebreo antes de entregarse, con concentración y bajo el llamado “precepto” o intención, al copiado del texto.
Yanklewicz lleva casi la mitad de sus 40 años dedicado al oficio. La mano se despliega y escribe desde cada renglón, trazado previamente sobre el pergamino, hacia abajo, de derecha a izquierda. 
“Toda la escritura sacra tiene que ser escrita por una persona. Tiene que haber una concentración en aras del precepto”, señala.
La escritura de una mezuzá puede llevar de dos a cuatro horas. El texto se revisa dos veces cada siete años, tras guardarse sellado, para comprobar si las letras no se unieron por el pliego del cuero o se borraron por la humedad y si es necesario restaurarlas. Hay situaciones en que se pueden corregir y otras en que no.

En la casa de Mendy, se multiplican los libros de caligrafía. “Se debe saber cómo tiene que ser la letra, qué pasa si está medio rara. No es solo copiar figuritas, y hay que conocer las formas de las letras, cómo se hace el cuero, la tinta, bases teóricas, cómo es el tema del nombre de dios, si se puede borrar o no”, señala. 
Y explica que hay siete nombres para referirse a dios, según sus cualidades: “El nombre especial de dios es muy largo y no se pronuncia, de 26 letras. Los siete nombres no se pueden borrar”, apunta.

Escribir un Sefer Torá, con sus 250 columnas, puede llevar un año. Es kasher (a diferencia de una torá impresa) y se conserva en los templos. Con el tiempo, se deteriora, por lo que un sofer especializado verifica si puede restaurarse o si pueden reescribirse aquellos fragmentos sustituibles mediante el cosido al conjunto del libro de nuevas hojas de pergamino. 
“Cuando la letra se pone roja ya no sirve, cuando se empiezan a unir las letras y se forman otras letras, tampoco. Hay una forma de poder arreglarlas, a vece se van cayendo”, explica el escriba.

Un Sefer Torá es un encargo costoso, por el tiempo que se le dedica y la inversión en materiales. Puede rondar los 30.000 dólares.
 “Se puede tardar un año en escribirlo si hacés una columna por día. Algunos son más ágiles y en seis meses lo terminan, pero una vez que lo finalizás, otro sofer lo revisa con una especie de escáner, letra por letra. Cuando se entrega a una institución, se hace una fiesta, porque el texto entra en vigencia”, explica Mendy. Y comenta que se ha estudiado la posibilidad de que un brazo robótico ejecute la escritura, descartándose generalmente esta opción por el requisito de que debe ser un ser humano quien lo realice, “con su fuerza, intención y movimiento”.

Los sofer escriben con plumas de pavo talladas (se dice que hacerlo con una de metal acorta la vida) y la tinta debe proceder de insumos vegetales. El soporte siempre es cuero vacuno, no puede ser papel. A ese cuero los escribas le hacen renglones, por un tema de ley. Se calcula cada renglón con seis espesores y medio de pluma, para que no se una el techo de una letra con el cielo de la de abajo. Entre letra y letra la distancia debe ser “de un pelito como mínimo”, y entre palabra y palabra, de un espesor de pluma. Se sigue una caligrafía establecida y, si hay una letra que “salió medio rara o no se puede ver bien, se le lleva a un chico de siete años y él determina. Puede ser que esté mal y se pierde todo el trabajo”.

Mendy recibe numerosos encargos, también del extranjero. En algunos casos, los escribas venden a través de Internet, para particulares y comercios
“Uno pone el alma en esto, porque son artículos religiosos que influyen sobre otras personas. La escritura manual de libros se perdió, pero hay tradiciones que se conservan. Es parte de nuestro ADN como pueblo y tiene algo que no tiene una máquina: espiritualidad y misticismo. Lo místico siempre habla de un pensamiento (hacer un artículo religioso), un habla (el precepto) y una acción (la escritura manual), no sería lo mismo que presionar enter. Creo que la tradición va a seguir por los siglos de los siglos. Un escriba es un canal hacia lo sagrado. El primero fue Moisés, que bajó del monte Sinaí y legó sus escrituras”, explica el experto.
Sebastián Grimberg: “Hay un elemento que no puede faltar: la intención”
Sebastián Grimberg, de 43 años, es director comunitario y líder espiritual de la comunidad Bialik de Villa Devoto, especialista en la copia a mano de rollos de la Torá. Cuenta que, dentro del movimiento conservador al que pertenece, solo hay “dos escribas en el mundo” en actividad. Uno es él. Trabaja para distintos países y también escribe tefilín.

“El año pasado fue un boom en filacteria porque la pandemia le dio a mucha gente un giro hacia la espiritualidad. Me lo han pedido mucho para sus rezos cotidianos y los que no rezaban lo empezaron a hacer comprando este objeto”, cuenta quien lleva más de 15 años como sofer, es estudiante del Seminario Rabínico Latinoamericano y quien recorrió el continente con proyectos en distintas comunidades.

“La tarea de un sofer no es solo la de un copista, sino que en los últimos 3.300 años se fue transmitiendo de generación en generación nuestro libro fundante: cómo leerlo, cómo interpretarlo y cómo escribirlo, entonces hay cerca de cuatro mil leyes que los sofrim debemos manejar o conocer a los efectos de poder escribir de acuerdo a las normas que hacen a un texto sagrado”, apunta.
En su caso, estudió primero en Argentina y terminó de formarse en Israel. Sobre las leyes para escribir un Sefer Torá, según la comunidad a la que pertenece, apunta que “se debe reconocer el mejor pergamino, tienen que estar marcados los renglones con un punzón y el objeto con el que se escribe debe ser una pluma de algún ave kosher -apta para consumo-, caña u otros materiales. Luego la computadora se usa para revisar lo escrito mediante un software especializado que saca imágenes a columnas y hace reconocimiento de texto para indicar posibles errores”.

Museo del Holocausto

Sin embargo, recalca, hay un elemento que es “tan importante como todos los demás”: lo que en hebreo se conoce como kavaná, la intención, “tener la conciencia de la sacralidad de lo que se está haciendo”. Sobre ello, Sebastián señala:
 “Yo hoy escribo un libro de la Torá que va a ser utilizado por cientos de años y por miles de personas en sinagogas. Se dicen bendiciones sobre ese rollo, un chico dentro de cincuenta años celebrará su ceremonia al cumplir los 13, leerá de lo que yo estoy escribiendo hoy. Cada Sefer Torá puede durar unos cien años, aunque debe someterse a un mantenimiento. Las hojas de pergamino van cosidas con un hilo especial, que puede cortarse o romperse, pero se arregla, lo mismo que una zona donde se ha saltado o desvanecido una letra”, apunta.
El escriba indica que a finales del siglo XIX, cuando muchos judíos perseguidos llegaban a Argentina, venían en los barcos con una muda de ropa “y abrazados a los rollos de la Torá que traían de sus pueblos natales, lo más sagrado que tenían”. Hoy esos rollos están en las sinagogas, no se escribieron tantos desde entonces. En Bialik hay ocho, de los cuales uno fue escrito por Sebastián, el resto llegó con la inmigración. En Argentina, se calcula que puede haber cientos. Entre otros, destaca el Sefer Torá de Rodas, un histórico manuscrito que se conserva en el Museo del Holocausto y que sobrevivió a la Inquisición y al nazismo.
“No hay un máximo de vida útil para un Sefer Torá. Se puede ir corrigiendo y, si una hoja se dañó, se puede reemplazar por otra y puede llegar un momento en que no tenga nada del original, pero puede durar 150 o 200 años tranquilamente si está bien cuidado y mantenido. Los pergaminos más antiguos conocidos hoy son los famosos rollos del Mar Muerto
”, añade el escriba.

"Con la pandemia, la actividad fue un boom: mucha gente dio un giro hacia la espiritualidad."

El sofer explica que la fórmula de la tinta también es milenaria y el escriba puede fabricar su propia tinta, aunque generalmente se utilizan las producidas en tres o cuatro fábricas de Israel, “donde ya está probada la robustez que tienen y que se hacen con ingredientes parecidos a la tinta china, como goma arábiga, con productos naturales vegetales, principalmente con agallas de roble y otros árboles que, trituradas y mezcladas con otros elementos, generan el color con un brillo particular y eso las diferencia de la tinta china y de otras, perdura”.
Sobre el pergamino, que mide de medio a un tercio de milímetro, apunta que es cuero de vaca especial, no cualquier curtiente. Los hay de distintos tamaños, hoy ya más estandarizados, de más de 20 centímetros de alto.

En cuanto a la caligrafía, él mismo reconoce que su propia letra no es la misma a la de sus escritos de hace cinco años. “Cambia la motricidad fina”. Por otro lado, apunta que una letra y otra no pueden tocarse y deben tener la separación mínima del ancho de un cabello, pero no estar demasiado separadas como para que en el medio entre una letra chica. 
“Además, en hebreo hay letras parecidas unas de otras y no es lo mismo un sofer que recién empieza. Si se quieren letras más hermosamente formadas, se necesitará más tiempo”.
Grimberg, que se inició en el oficio en 2006, estima que dio vida a un total de unos seis millones y medio de letras tras copiar trece Sefer Torá, más de 3.000 mezuzot y unos 60 tefilín. 
“Se sigue escribiendo a mano porque una computadora carece de todo eso que el ser humano le puede aportar. Cada letra tiene una historia y el Sefer Torá une a la comunidad. Dentro de cien años, no voy a estar y, sin embargo, esto va a seguir de modo ritual”, expresa.

¿Qué diferencias percibe respecto al trabajo de un escriba de hace 500 años?
 “En sí, es exactamente igual, quizás cambia el acceso a determinadas herramienta”. 
Sebastián abre el tintero y, antes de escribir, pronuncia una intención en voz alta y repite oraciones cada vez que aparece en el texto a copiar el nombre de dios. La tinta tarda unos minutos en secarse y hay que prestar atención, porque si se corre, ya pasa a ser errónea. En su caso, prefiere escribir a la mañana o muy tarde a la noche, cuando logra mayor concentración. Trabaja con luces y lupas, bajo la mirada de un escriba de tiempos pasados que hace su trabajo a la luz de las velas en un retrato que cuelga en su lugar de trabajo.

Moshe Dahan: “Mi trabajo es el de curar un texto que está enfermito”

Moshe Dahan pertenece a la comunidad Jabad Lubavitch, de la línea ortodoxa, y explica que hay dos tipos de sofer, el que escribe y el que, además, revisa los textos que se deterioran con el tiempo y necesitan de restauración. Este último es su caso. En la práctica, se especializó en el revisado, hace años que no escribe. Su labor no incluye el uso de software. Revisa mezuzot y otros textos. No llegó a escribir Sefer Torá, pero ha revisado muchas, y cuenta con un título superior al de sofer, que requiere de mayores conocimientos de la ley.

A sus 54 años, lleva casi treinta de actividad y dedica unas seis horas diarias a la revisión de textos. Muchas veces es convocado por escuelas para enseñar a los más jóvenes la tarea del sofer.
 “Les digo que es el doctor que cura las mezuzot, que tengo un texto que está enfermito y lo curo”, menciona.

El escriba trabaja, asimismo, sobre un tablero, sobre el que extiende los textos con luz apropiada.
“Reviso, miro letra por letra, tengo mis herramientas y con la tinta corrijo los caracteres. Reviso el pergamino y, en el tefilín, también las cajas. El Sefer Torá, cuando es muy viejo y hay daños irreparables, hay que reemplazar el paño por otro nuevo y, en las mezuzot, cuando tienen errores reparables, se reparan, cuando no, hay que mandar a escribir otro texto”.
Desde un plano místico, Moshe considera que su trabajo “puede ayudar a personas a corregir o resolver problemas de sus vidas. Los textos que revisamos tienen montones de palabras y a veces éstas o las letras están con un error y de pronto tienen relación con algo que le está pasando a la persona. Mi tarea es chequear que esté todo bien”, señala.

 

Congregación lista para revelar la Torá transcrita por una mujer El pergamino de Julie Seltzer es uno de las dos docenas de Torás escritos por escribas en toda América del Norte. Por Melanie Grayce West 18 de septiembre de 2017 Uno de los documentos más antiguos de la humanidad está recibiendo un toque moderno en una sinagoga en el bajo Manhattan. La congregación Tamid del centro de la ciudad dará a conocer una nueva Torá escrita por una mujer, un logro excepcional, como parte de los servicios de Rosh Hashaná esta semana. Rosh Hashaná es el Año Nuevo judío. Julie Seltzer , la escriba, es una de las dos docenas de soferets, como se les conoce, en el mundo. Este es el tercer rollo de la Torá, que contiene los Cinco Libros de Moisés, que la Sra. Seltzer ha completado en solitario. Y es la primera Torá de Tamid, aunque la congregación ha usado durante los últimos años una Torá de una congregación ahora cerrada, según el líder de Tamid, el rabino Darren Levine. Tamid, una congregación independiente, fue fundada en 2011 y adora en la Capilla Episcopal de San Pablo, parte de Trinity Church Wall Street. Se cree que Tamid es la segunda congregación en la ciudad de Nueva York con una Torá escrita por una mujer; Se cree que la congregación Beth Elohim en Brooklyn es la primera. Hay alrededor de dos docenas de Torás escritas por mujeres repartidas por América del Norte, según Jen Taylor Friedman, quien ha trabajado como escriba durante la última década y ha sido mentora de otras. En otro giro, los aproximadamente $ 90,000 necesarios para pagar la Torá se financiaron mediante crowdfunding a través del sitio de recaudación de fondos Kickstarter. Los feligreses de Tamid tuvieron la oportunidad de sentarse con la Sra. Seltzer y escribir una letra en la Torá colocando sus manos sobre las de ella. “Mucha gente piensa que el rollo de la Torá es un objeto sagrado inaccesible”, dijo el rabino Levine. “No hay nada como sentarse con un escriba para participar en una de las prácticas más antiguas”. Las 304.805 letras de la Torá están escritas a mano en caligrafía hebrea, por escribas que tienen una formación clásica en la práctica. La gran mayoría de esos escribas son hombres ortodoxos, que son comisionados por una sinagoga para el trabajo. La mayoría de las sinagogas establecidas tienen más de una Torá, lo que es útil durante ciertos servicios religiosos cuando se pueden necesitar varias Torá. Trabajando rápido, una Torá podría completarse en menos de un año, pero es un esfuerzo minucioso y preciso que requiere habilidades de corrección y elaboración de los elementos que contienen el pergamino. Arreglar un error puede llevar unos minutos o una semana, dijo Seltzer, de 42 años. Por lo general, la Sra. Seltzer tarda un año y medio en completar una Torá. Su principal ingreso proviene de la ejecución de un programa de educación judía y otros pequeños proyectos. Comenzó a trabajar como escriba hace una década, atraída por el amor por el texto hebreo. Inicialmente encontró videos de caligrafía en línea y luego se convirtió en aprendiz. Para escribir, la Sra. Seltzer trabaja principalmente en su casa en Beacon, Nueva York, en una mesa de dibujo usando una pluma hecha con una pluma de pavo. Ella escribe temprano en la mañana, generalmente en silencio, copiando letras de una copia escaneada de una Torá en una hoja de pergamino con líneas marcadas. El trabajo es meditativo y absorbente, ya que es sagrado, dijo. “Solo estoy haciendo esa tarea”, dijo sobre la escritura. “No estoy tratando de pensar simultáneamente en mi lista de compras”. El rabino Levine dice que su congregación no se propuso encontrar una mujer escriba para su nueva Torá, aunque hacerlo fue "completamente consistente con nuestra mentalidad de igualitarismo e igualdad de hombres y mujeres judíos". Esa mentalidad, sin embargo, no es aceptada por todos, dicen los expertos. Las comunidades ortodoxas, en general, no aceptarían una Torá escrita por una mujer, citando el entendimiento tradicional de la ley judía. Pero para Jennifer Goldgram Baum, de 46 años, la oportunidad de que sus hijas adolescentes conocieran a una escriba y escribieran una carta de la mano de Seltzer fue “una cuestión de poder femenino fuerte”.Para mí, personalmente, eso elevó por completo la experiencia”, dijo la Sra. Baum. Apareció en la edición impresa del 19 de septiembre de 2017 como 'Congregación para desvelar la rara Torá de una mujer Una rara Torá copiada por una mujer está lista'.

 


51% #1693: Mujeres líderes religiosas, segunda parte 31 de diciembre de 2021 julie seltzer En el 51% de esta semana , continuamos nuestra serie hablando con mujeres líderes religiosas... hablamos con la soferet Julie Seltzer sobre el arte de escribir y transcribir textos sagrados judíos. ———— Estás escuchando 51%, una producción de WAMC dedicada a los problemas y experiencias de las mujeres. Gracias por sintonizar, soy Jesse King. Esta semana, continuamos nuestra serie hablando con mujeres líderes religiosas y celebramos las diferentes formas en que las mujeres adoran, particularmente en las religiones que tradicionalmente pueden estar dirigidas por hombres.

....Nuestra próxima invitada dice que adora a través de la reflexión interna y el trabajo silencioso. Julie Seltzer, de Beacon, Nueva York, es parte de “Stam Scribes”, un colectivo de escribas judíos progresistas de todo el mundo. Las Stam Scribes son algunas de las pocas mujeres que reclaman el título de "soferet" en todo el mundo. Con pluma y tinta, transcriben paciente y hábilmente los diversos textos religiosos necesarios para los rituales sagrados y las oraciones. Si bien Seltzer dice que se acercó más a su fe judía y aprendió hebreo a una edad temprana, llegó al oficio casi inesperadamente. ¿Qué te hizo querer convertirte en escriba? En términos de lo que me interesó en las artes de escribir, vivía y trabajaba en un centro de retiro judío cuando a mi madre le diagnosticaron cáncer en etapa avanzada. Y fue unos meses antes de que ella muriera, que esta idea aparentemente de la nada apareció en mi cabeza, que quise aprender el arte de la caligrafía hebrea sagrada. Siempre me gustó el hebreo. Y ya estaba involucrado en la práctica judía, incluso cantaba de la Torá en sábado, siendo la Torá uno de los objetos escritos a mano por un escriba. Pero realmente nunca había pensado mucho en quién los escribió, y cómo fue ese proceso. En ese momento, al enfrentar la mortalidad de una manera muy cercana a mí, creo que me atrajo una práctica que se trataba de la transmisión de una generación a la siguiente. Eso' También es una práctica que exige un cierto silencio que creo que anhelaba en ese momento. Así que decidí empezar a aprender. Encontré lo que pude encontrar en Internet y lo tomé desde allí.  ¿Puede decirme un poco acerca de por qué los escribas son importantes? Creo que es fascinante, y al aprender sobre esto, me sorprendió que no puedas simplemente ir y recoger una copia impresa de algo. Correcto, exactamente. Mucha gente no se da cuenta de que la Torá está escrita a mano, junto con otros objetos sagrados. Por supuesto, la Torá también está impresa, y aprendemos de las copias impresas, pero la copia manuscrita es lo que se canta como parte del ritual de lectura de la Torá en voz alta en el espacio de una sinagoga. Soy técnicamente lo que se llama un soferet STAM. STAM es un acrónimo que representa los objetos que estamos entrenados para escribir: un sefer Torá, que es el rollo de la Torá; tefilín, que son objetos religiosos, estas pequeñas cajas que se envuelven alrededor de la cabeza y el brazo, y dentro de las cajas hay pequeños rollos escritos a mano, secciones de la Torá; y también una mezuzá, que son partes de la Torá que comprenden la mayor parte de una oración judía llamada Shema. Y esos se colocan en cajas pequeñas y en los marcos de las puertas. Es posible que haya visto una pequeña caja rectangular en la puerta de un hogar judío. La otra cosa que está escrita a mano, por un escriba, es el libro de Ester, que se lee en la festividad de Purim.  Mencionaste que aprendiste mucho sobre cómo hacerlo en línea. Pero, ¿cuál fue ese proceso? ¿Me gusta? ¿Cuánto tiempo lleva dominar este oficio? Realmente era un principiante, nunca había hecho caligrafía en mi vida. Muy pronto, alrededor de un par de meses después, encontré una maestra llamada Jen y comencé a aprender con Jen semanalmente. Lo que hicimos fue que ambos aprendimos los tecnicismos de la práctica, es decir, la caligrafía, porque es tradicional escribir con una caña o una pluma con tinta líquida. Y el otro aspecto es que tuve que aprender todas las reglas sobre cómo se hace esto. Porque no es solo la caligrafía, es toda una serie de tradiciones sobre cómo uno lo hace. Entonces, por ejemplo, el escriba establece la intención, incluso antes de comenzar a escribir, de que está escribiendo por el bien de la santidad de ese objeto. No están escribiendo por ningún otro motivo y su atención se centra en la escritura. Esto es para la radio, por lo que lamentablemente no podemos verlo mientras escribe, pero ayúdeme a visualizar un poco el proceso. ¿Cuánto tiempo tarda una pieza típica? Claro, así que realmente depende de lo que estés escribiendo. La mezusa, que tardará un día o medio día en completarse. Pero una Torá llevará mucho más tiempo. La Torá tiene más de 300.000 letras. Se tarda al menos un año, me lleva un año y medio. Para ser honesto, tal vez soy un escritor más lento que los demás, pero entre la escritura y la corrección de pruebas, en estos días, incluso hay un programa de computadora que verifica la Torá en busca de errores, y luego puedes regresar y corregir cualquier error. porque una vez que está en uso no puede tener ningún error. Si tiene errores, entonces esos errores deben corregirse dentro de un cierto período de tiempo. Lo estás haciendo con tinta, ¿verdad? Entonces, si cometes un error, ¿tienes que empezar desde el principio? No hay un botón de eliminación, y el blanqueamiento no se vería tan bien, por lo que la forma en que se corrigen los errores es que la tinta, una vez seca, se raspa. Y luego puedes reescribir la carta. Nunca estarías en una situación en la que tengas que empezar todo de nuevo. El peor de los casos sería que tendrías que escribir una de las hojas. La Torá está escrita en hojas separadas de pergamino de piel de animal y las hojas están cosidas. Entonces, en uno de los diseños clásicos, hay 62 hojas que se cosen juntas. Entonces, si cometí un error importante en una de esas hojas, tendría que volver a escribir la hoja. Entonces, un error importante sería algo como que me salté una línea y no me di cuenta, y no puedes borrar una columna completa porque se vería terrible. Y también nos llevamos para siempre, por lo que realmente tendría que volver a escribir esa sección, pero la mayoría de los errores se pueden corregir. Algo que es interesante, una tradición que tenemos, es si hay una carta, pero podría parecerse demasiado a otra carta, le preguntas a un niño. Y si el niño identifica correctamente la letra, entonces la letra está bien, está bien. Ellos toman la determinación. Me gusta eso. Creo que eso es genial. ¿Cuál es la parte más difícil cuando estás haciendo esto? ¿Hay letras que son más difíciles que otras? ¿Hay elementos particulares que son complicados? Sí, definitivamente hay letras que son más complicadas que otras. Por ejemplo, la letra shin tiene tres elementos diferentes y [son] algo curvos, pero también rectos, por lo que es un poco más difícil hacerlos que algunas letras básicas, digamos un dalet, que tiene un techo y un pierna. Y en términos de proyectos generales, no creo que haya ningún objeto que sea más difícil de escribir que otro, excepto que las mezuzá y los tefilín a menudo se escriben en letra muy, muy pequeña, y eso lo convierte en un desafío. También tienen una regla adicional, la regla es que todas las letras deben escribirse en orden. Entonces, si escribió la mezuzá y luego encontró un error anterior, en realidad no puede corregirlo, porque estará escribiendo esa letra después de todas las letras que ya se han escrito. que no está permitido. Así que tienes que prestar mucha atención cuando estás escribiendo uno de esos objetos. ¿Se está volviendo más aceptado que las mujeres se conviertan en escribas? No diría que es común, pero diría que está creciendo. Tenemos, en realidad, un grupo de mujeres que trabajan juntas, comparten recursos y están muy conectadas, especialmente en esta era digital. Y estamos en todo el mundo. Pero todavía somos un grupo muy pequeño. Quiero decir, personalmente nos conozco básicamente a todos, sería inusual escuchar que hay una mujer que no conocía en algún lugar del mundo, aunque ha sucedido, y está comenzando a haber más y más mujeres que están aprendiendo. Pero tengo que decir que todavía es bastante inusual. Los escribas aprenden de otro escriba, entonces tienes un maestro, y en el pasado el escenario más común era un padre enseñando a su hijo. Hay una escuela en Jerusalén, pero las mujeres en realidad no pueden ir a la escuela. Entonces, en los círculos tradicionales, los escritos que creamos no son aceptados, en su mayor parte, como kosher en el mundo ortodoxo. Así que es complicado. Y, de hecho, Jen, la maestra que encontré por primera vez, cuando busqué una maestra, todos me daban el mismo par de nombres porque apenas había personas dispuestas a enseñar a una mujer, y apenas había mujeres que lo hubieran hecho. aprendido y que eran capaces de enseñar. De hecho, Jen es la primera mujer que conocemos en escribir un rollo de la Torá. Terminó su primera Torá en 2007. Jen es la primera mujer que conocemos que escribió un rollo de la Torá. Terminó su primera Torá en 2007. Jen es la primera mujer que conocemos que escribió un rollo de la Torá. Terminó su primera Torá en 2007. ¿Tiene un pasaje o una historia favorita que le gustaría compartir con los oyentes? Guau. Son como bebés, no puedes elegir un favorito. Pero sabes, en diferentes momentos de mi vida, me he sentido atraído por diferentes secciones de la Torá. Cuando estaba empezando, me encantaba una sección de Numbers. Y la razón por la que me encantó es porque se repetía. Eran como 12 párrafos que esencialmente son exactamente lo mismo, con ligeras diferencias en los nombres de las personas. Y me encantó, porque podía practicar y mejorar cada vez. Ahora, podría decir, esta parte se seca un poco. Pero tiendo a sentirme atraído por las historias narrativas anteriores, especialmente la historia de José, que está esclavizado en Egipto, pero luego, a lo largo de los años, es nombrado segundo al mando del faraón. Creo que me gusta el drama. Mi formación es en realidad el teatro, estudié teatro en la universidad. Así que me encantan esos momentos intensos y emotivos. Joseph, su padre piensa que está muerto, y muchos años después descubre que está vivo, y puede ver a su hijo. Y por José, fue traicionado por sus hermanos. Quiero decir, no se portó tan bien con ellos, pero aun así lo traicionaron, lo vendieron. Y ese momento de perdón y reunificación es realmente emocionalmente hermoso y conmovedor. ¿Cómo diría que ser escriba ha moldeado su perspectiva o su comprensión de su fe? Creo que mucha gente está buscando algo significativo y creo que el judaísmo tiene mucho que ofrecer en este ámbito. Y no hay una forma neutral de estar en el mundo, ¿verdad? Siempre lo estamos experimentando a través de una lente particular. Y creo que la lente judía, no es que haya una lente judía, sino la forma en que yo la experimento, el judaísmo está marcado por el ciclo semanal y el ciclo anual de días festivos. Y para mí, esto realmente me ayuda a marcar el tiempo de una manera que el calendario secular no lo hace por mí, y me ayuda a darle cierta estructura y significado a mi vida. Espero que el judaísmo evolucione de la forma en que evoluciona el lenguaje, de forma natural a través de su uso continuo, y todo lo que está en uso cambia, ¿verdad? La religión no pretende ser una pieza de museo, congelada en el tiempo. Pero estos textos, estos textos centrales, como la Torá, Espero que se mantenga intacto. Porque la Torá es como la pieza de conversación compartida, ¿verdad? Piense en ello como un club de lectura: necesita anclar la discusión, necesita aquello de lo que todos están hablando. Y creo que esto es mucho de lo que es y puede ser el judaísmo, una conversación, como una discusión fascinante a través del tiempo y el espacio. ——— El 51% es una producción nacional de WAMC Northeast Public Radio. Está producido por Jesse King. Nuestro productor ejecutivo es el Dr. Alan Chartock, y nuestro tema es "Lolita" de la artista Girl Blue de Albany.

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